Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Manuel Huerta Ladrón de Guevara
Queridos lectores, quiero comenzar este texto asentando algo que a mí me parece evidente, un poder sin cortapisas, cuya legitimidad proviene de manera indiscutible de las urnas y su ejercicio comienza a diseñarse desde ahora, en el interminable limbo de la transición entre una administración que languidece y otra que está impaciente por comenzar.
El Congreso, de inmensa mayoría morenista, tendrá 3 meses para hacer el milagro. En ese lapso deberá dejar atrás sus ropajes de oposición y asumir la responsabilidad de gobernar.
La mayoría de los legisladores de Morena, bisoños en estas bides, muchos de ellos ni en sus sueños más guajiros se imaginaban tener esta investidura, sorprendidos administraban la magnificencia del Palacio Legislativo y el comportamiento de sus compañeros más experimentados. Al control total qué Morena ejerce sobre el Congreso se suma el estado de la oposición, lenguada y confundida en sus propias luchas internas; el de los medios de comunicación, dependientes en gran medida de una publicidad oficial qué, en adelante, será más veleidosa que nunca.
El regreso de Porfirio Muñoz Ledo a los primeros planos de la política ha sido bien recibido por todos. El experimentado político se volvió escuchar en el Senado de la República, con sapiencia, enjundia, contundencia e integridad. Ese hombre es Porfirio Muñoz Ledo, representante de todas las contradicciones, avances y retrocesos, de todas las incongruencias y genialidades que ha tenido el sistema político en nuestro país. Le toca presidir una Cámara, qué de plural tiene poco, como aquella de hace 30 años. ¿Es el inicio de un nuevo régimen, cómo lo dijo Porfirio, o es, simplemente, una historia que se repite en forma circular, a veces como comedia, en otras como tragedia?
El viejo lobo de mar, quién de arranque manifestó que la tarea que guarda al Poder Legislativo es inmenso ya que debe edificar un andamiaje jurídico digno de la sociedad mexicana y garante de la fortaleza nacional. El Congreso se guiará por un bicameralismo respetuoso, ágil y eficaz, un régimen distinto, basado en La búsqueda incansable del consenso que lleve al país a un estado superior de convivencia plural, inclusión social y pleno ejercicio de la soberanía popular.
"Este será un Parlamento abierto a las necesidades y a la participación de la gente".
Tendrán cabida todas las demandas y no se perseguirá protesta alguna, porque la Constitución y sus leyes garantizan explícitamente el derecho a aquella. Afirmar que estamos hechos ceniza, pregonar qué México es un "país en ruinas" es demagogia y es avieso. Es la justificación anticipada de los fracasos que pueden venir. Se cura en salud Morena. Los mexicanos les deseamos suerte y éxito al próximo gobierno. Reciben un país en crecimiento. Crezcan más y vociferen menos. Llegan a gobernar un país democrático y con división real de poderes. Ojalá no lo destruyan, respeten y aprendan de la crítica y conozcan los resultados electorales. Gobierno en con transparencia, bajen la violencia sin entregarle más poder al
narco. Bien dicen los que saben de política que en esta actividad del ser, humano por organizarse en sociedad para tratar de vivir mejor no existen victorias ni derrotas definitivas. La vida se define por el número de ciclos que uno inicia y logra cerrar y por la actitud que adoptan quienes asumen la victoria, por un lado y de cómo enfrentan la derrota quienes son vencidos en la contienda. Sin embargo, como todo en la vida, se cierran ciclos y deben ser abiertos nuevos paso a un nuevo sistema de partidos políticos que sirva de " contrapeso" al triunfo arrollador que obtuvieron los ganadores de la pasada elección presidencial.
Nos guste o no, los partidos deben jugar el papel de "contrapesos" sociales, lo que dejaron de ser hace mucho tiempo. Y el PRI o el PAN, de lo que marcan nuestras leyes electorales, son instituciones de carácter público que deben recomponerse para recuperar su espacio dentro de la democracia nacional. Si eso no ocurre en corto y mediano plazos, los ciudadanos lo lamentaremos mucho. Si la casa del vecino se incendia, no se debe fingir demencia, si hay gritos y violencia, uno no puede ponerse unos tapones en los oídos.
Hoy la pregunta es: ¿Morena tendrá capacidad para actuar como gobierno?
La reconciliación nacional, el respeto a las minorías, el respeto a la libre expresión de ideas y, aún más, a la posibilidad de dar una muestra de madurez política buscando el consenso a través de la relación política; hoy no parece ser el motor que mueve al grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados.
Estamos viviendo, sin duda, un notable cambio de gobierno. Estamos en tránsito hacia una forma de ver, comprender y ejercer el poder diferente, estamos en un nuevo capítulo de "La disputa por la nación". Creo que estamos viviendo un momento casi circular en nuestra historia, donde el cambio se da la mano con la restauración, en programas e incluso en personajes. Y eso es más notable cuando pasamos de los grandes discursos a hechos muy concretos. Dos de las frases más ridículas en relación con la gobernación, son las que no pocos suelen repetir a falta de argumentos, hay que pensar positivo, hay que echarle ganas, en México es sorprendente el número de quienes creen en ellas; creen en ambas casi como acto de fe, como si fueran recetas mágicas. Esas dos frases cursis e inútiles, recurso barato que deja ver el voluntarismo ramplón al cual somos tan afectos. Si bien se dan casos de gobernantes que coronan su voluntarismo con una de aquellas o con las dos. Como suelo decir, la gobernación, es en esencia tomar decisiones las cuales, las más de las veces son y populares y dolorosas.
En la primera sesión de la histórica 64 Legislatura, el Senado de la República mostró que su signo es el cambio, pero el cambió de opinión. La política sigue siendo la política. Así comienza la Cuarta Transformación a pesar de que el Congreso lo controlan presuntos regeneradores de la vida pública del país. ¿Usted qué piensa?
La hegemonía en el Congreso por Morena le permite desde ya hacer aprobar los cambios que juzgue necesarios para ir pavimentando el camino de la Cuarta Transformación qué bien a bien no sabemos en qué consiste. Cuando los poderes convergen hay ciertos peligros. No se trata del llamado mayoriteo. Si hay minorías y se construyeron "por las buenas", es legítimo hacerlas valer. Pero además de representar y legislar, hay otra razón de ser de la existencia del Poder Legislativo y la división de poderes: que el
Congreso ejerce las funciones de contrapeso y vigilancia. Y aquí es donde las mayorías se vuelven armas de doble filo. Que la de hoy se pueda llamar la "hegemonía democrática" del partido de AMLO, no cambia un ápice las cosas ni exime a los legisladores de cumplir con sus funciones. ¿Qué puede hacer el congreso morenista? Casi todo. La oposición está muy emproblemada: débil numéricamente, fraccionada y sin visos de acuerdo para formar un bloque opositor. Como contrapeso, la oposición está en estado terminal si actúa de manera unificada y muerta si no actúa conjuntamente.
La clásica novela de Jorge Ibargüengoitia llena de nostalgia e ironía, nos revela la naturaleza humana siempre impredecible. Sus personajes, entre divertidos enredos, mantienen al lector con una constante sonrisa, ante la fingida ingenuidad de la trama. Hay de todo. Desde los mesurados e institucionales hombres de Estado, los que aspiran a convertirse en ese tamaño de figuras que trascienden las legislaturas, los partidos políticos y la historia, pero también los revoltosos de plaza, los que no niegan la cruz de su parroquia, los de los plantones de siempre, los bloqueos, los megáfonos y el golpeteo del callejón. Los porros, los bravucones, pues. Todo cabe en Morena y su coalición informe, o deforme, aseguran muchos. Y es que vivimos momentos de ironía y nostalgia. Porque resulta irónico voltear al pasado para avanzar hacia el futuro, porque llega a su fin una era, con todas sus locuras, aciertos y errores. Así mientras las nuevas mayorías se regodean ensimismadas y rechazan la raquítica oposición. En fin, vemos que Morena no es un partido. Es un conjunto de fuerzas y actores políticos que van desde viejas izquierdas hasta derechas radicales, sin desterrar liberales. Es AMLO quién los dota de unidad e identidad.
Mientras Muñoz Ledo y Batres asumen su responsabilidad institucional. Nuevas prácticas o viejas mañas. Ironía y nostalgia: El reto es sin duda la violencia, el clamor de las familias por sus desaparecidos, el horror de grupos delincuenciales que imponen a sangre y fuego su voluntad. Es cierto que hay un clamor por la justicia. Cerrar ojos y oídos tuvo un alto costo. Pero el pasado se fue. El futuro lo va a delinear AMLO con nuevas prácticas. Aún no conocemos más a detalle el rumbo y sus consecuencias. Hay cuestionamientos y pocas respuestas. Pero no hay tiempo que no se cumpla. El Congreso inicia un período legislativo qué será muy intenso en reformas y propuestas. Así que conoceremos proyectos concretos.
Y recuerde el político profesional es aquel que sabe diferenciar entre el ataque personal, la ofensa que intenta herir y los argumentos propios del debate. Por eso es común oír a políticos pronunciarse ante los reclamos sus opositores: "No debe sentirse ofendido, es parte de la disputa por el poder, nada que ver con el tema personal".
El mundo de los estafadores no es el mismo que el de los políticos y los estadistas aunque a veces desgraciadamente se parezcan.
Vivo en un país, en el que somos muy buenos para las palabras. Se nos da esto de hablar, nos gusta el sonido que produce todo aquello que decimos, como rima, encaja, se sucede y se completa. No somos distinguidos oradores, vayan ustedes a creer. Porque quien mucho habla se enamora de sus dichos que de sus contenidos, más del envase que de líquido, más del adorno que de la esencia. |
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