En entrevista con La Jornada, la arqueóloga y curadora de la muestra, Frida Montes de Oca, habló sobre esta nueva exhibición conformada por 163 piezas, la mayor cantidad de instrumentos musicales prehispánicos que viajan al continente europeo.
Su debut literario en 1960 suscitó el desprecio nacional en la entonces católica y conservadora Irlanda, lo que llevó a un sacerdote de su ciudad natal a pedir que se quemara. El Ministro de Cultura de la época lo tachó de "difamación de la feminidad irlandesa".
Estas nuevas piezas artísticas forman parte del Programa de Murales emprendido por la Secretaría de Obras y Servicios (SOS) de la actual administración capitalina para la recuperación y el embellecimiento de lugares públicos a través del arte.