Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando Dicen que las mejores cosas de la vida son gratis, pero la verdad es que la mayor parte de lo que necesitamos (queremos) no lo es. La causa de que no lo sea es que no hay suficiente para todos los que necesitan, o quieren, esas cosas que no son lo mejor de la vida la diferencia entre lo que hay disponible de cualquier cosa que se le ocurre, y lo que la población quiere, es lo que llamamos escasez. Bien o servicio existe en menor cantidad de lo que la gente quisiera, hay que encontrar una forma de repartir, si la forma no les gusta, dirán que hay injusticia. Según Fiske, existen cuatro formas de repartir esos bienes o servicios. La primera es la forma comunitaria, donde dejamos disponible todo lo que hay, y que cada quien tome lo que quiera. Otra forma de hacerlo es utilizando el poder. El qué tiene el poder decide cuánto le toca a cada uno. La tercera manera de repartir es la que a todos les toca exactamente lo mismo. Con esto, algunos tendrán más de lo que quieren, y otros menos, pero al menos puede repartirse a todos. Finalmente, existe el mecanismo de mercado. Cada uno compra dependiendo de cuánto quiere y cuánto tiene. Son las 4 maneras en que podemos distribuir bienes y servicios que no abundan. Ninguna es perfecta y por eso nunca estamos contentos. Sólo el 7% de 156 programas sociales fueron calificados como imprescindibles por el Gobierno Federal de acuerdo con la exposición de Motivos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019. Si bien en el documento no se explican y cuales programas son ni cuál será su futuro o algún tipo de mecanismo a seguir, sí que los demás programas "pudieran tener reducciones presupuestales importantes, o bien, deberían mejorar sustancialmente su diseño e implementación para obtener mejores resultados". En el documento no hay claridad de cuántos programas sociales se analizaron realmente, ya que en un párrafo se refiere a 150 y en un pie de página a 156. Se señala que solo el 1.9% de los programas son calificados como imprescindibles, mientras que 5.1% son "imprescindibles con oportunidad de mejorar"; es decir, sólo el 7% medio aprueban. Tampoco se explica en qué se basó el análisis cuantitativo y cualitativo de los programas sociales. En la exposición de Motivos también se explica que Bienestar y Secretaría de Educación Pública son las únicas que cuentan con programas en categoría de "imprescindibilidad". Y se especifica que todas las dependencias cuentan con al menos un programa clasificado como altamente prescindible. No cabe duda que el actual gobierno quiere dejar su huella y está también le permitirá mantenerse en el poder por muchos años. Finalmente, el presidente AMLO vivió las bondades ante los electores de crear un programa social. Si bien es cierto que la pobreza creció en lugar de disminuir todo gasto en programas sociales también es lo que transformar el apoyo a la población requiere de un análisis exhaustivo y no únicamente un cambio. El Gobierno Federal inicia la transformación con la creación de 16 nuevos programas que tendrán un costo de 218 mil 556 millones de pesos de acuerdo con la información del
Presupuesto de Egresos de la Federación 2019. Ninguno de estos programas es productivo y nos dejan muy claro que la admiración de AMLO por Lázaro Cárdenas es totalmente cierta y que habla con la verdad al equipararse con él, ya que al igual que el general busca construir el nuevo corporativismo mexicano Lázaro Cárdenas fué el impulsor de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y Confederación Nacional Campesina (CNC), que fueron organizaciones que le permitieron deshacerse del Maximato al echar a Plutarco Elías Calles del país. A la sociedad mexicana le costó muchos años lograr, que los programas sociales al menos se transparentan en cuanto los padrones y su funcionamiento y que fueran evaluados por una institución como el Coneval. El propio presidente López Obrador ha instado a sus delegados para que terminen pronto el Censo de Bienestar y de esta forma se tenga el padrón para entregar los apoyos. Y recuerde, la inteligencia, desde siempre, despierta el recelo y la ira a los poderosos menos aventajados cultural e intelectualmente. Los cargos dan poder, pero no inteligencia. Apenas lleva poco tiempo AMLO y su forma y estilo de gobernar podría tener un impacto que duraría décadas. Algunos de estos cambios son bienvenidos, pero hay algunos cambios que bueno, sin saber el impacto a largo plazo podrían debilitar la gobernabilidad del país. El cambio más importante en la cultura política del país es la capacidad de tomar decisiones implementar programas que ha demostrado este gobierno. Todo presidente sabe qué tiene sólo tres años para gobernar, los siguientes 3 se usan para resolver problemas y conflictos (no sólo los presidentes sino también gobernadores y alcaldes). Y una de las críticas que está surgiendo, es que muchas de las propuestas que están sobre la mesa no tienen la profundidad de análisis que se requiere para asegurar que programas con buenas intenciones no terminen convirtiéndose en conflictos y problemas, que no sólo podrían impactar en la población, sino también en los beneficios que deberían de surgir a mediano y largo plazo. Claramente este es un presidente que no tiene miedo está dispuesto a tomar decisiones dramáticas y con consecuencias transexenales. Y de ahora en adelante esta será la expectativa de todos los mandatarios: tomar decisiones impactantes a veces sin las condiciones necesarias. Si lo que se prometió en campaña es un error, no se puede o no funciona, el presidente no debe de implementar. Lo que sí hay que hacer es explicar por qué. ¿Hay un cambio permanente en la relación de la presidencia y el papel de los medios de comunicación? Yo creo que sí . También requerirá que los que estemos en los medios de comunicación trabajemos más para poder retomar la credibilidad y la importancia de los medios para toda democracia. El presidente mantiene el humor que lo caracterizó en la campaña y del que por cierto, carecen muchos de sus colaboradores. AMLO bromea respecto al hablar pausado que lo caracteriza vemos a un mandatario convencido proyecto pero dispuesto a escuchar puntos de vista diferentes. No se aprecia a un individuo que esté angustiado por las críticas que se le hacen. Sigue convencido de que está haciendo lo correcto y que el resultado será favorable. El humor y la ironía, de las que le hablaba que por cierto, disgustan a muchos usa como instrumento de comunicación. Se trata de la que denomina "pedagogía política", como una manera de explicar convencer y de ser posible conmover. AMLO para hacer historia como presidente debería leer la historia con humildad. No usarla
con fines políticos ni abusar de ella con distorsiones ideológicas. Acudir a ella como lo que es, una fuente de saber y sabiduría, no un oráculo o un evangelio personal. Buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, dice un adagio muy antiguo. Esto quiere decir que, aunque a veces el fin sea plenamente justificable si las cosas no se hacen bien, el resultado puede ser lo contrario a lo que se esperaba. El gobierno tiene un número suficientemente grande de enemigos para aprovechar sus errores y convertirlos en una gran crisis. Espero que haya el talento y el trabajo indispensables para que esto no suceda. Y además, que se aprenda la lección. Si se quiere cambiar el país, el capital político que representa ese respaldo debe ser usado con absoluta responsabilidad, y no emprender acciones que por bien intencionadas que estén, puedan llevar al infierno. Aunque la corrupción es un problema mayor de este país, erradicarla no liberaría suficientes recursos, suponiendo que pudiera hacerse contra la aritmética no se puede luchar. AMLO sigue siendo el mismo. No hay engaño. Cree en su proyecto. Piensa concretarlo. No le interesa la oposición. Lo quiere hacer por la vía institucional, sin violencia. Ese es su legado. Por lo tanto ya saben quién es nuestro presidente. Hayas o no votado por él será quién nos represente y gobierne. Así que lo mejor para influir ya lo saben, hay que convencer al primer mandatario. Las vías son el gabinete, el legislativo. La prensa influye pero no decides los pueden acotar críticas. Redes son espacios que disputan y tienen su peso, pero no como para formular propuestas. Así que el cabildeo volverá a hacer una práctica importante, acotada, con dificultades, pero una vía para la expresión de la sociedad civil organizada y para los organismos empresariales. Se ha buscado erróneamente limitar la actividad. Creo debería fomentarse para quienes toman decisiones cuenten con información amplia de los impactos de las mismas. Lamentarse o por el contrario entusiasmarse en relación al gobierno de AMLO que apenas inicia no es el tema. Lo importante es sumarse y aportar lo que cada uno pueda, desde su ámbito de experiencia e influencia para evitar tragedias mayores por decisiones erróneas o no bien fundamentadas. Por eso el activismo es muy importante la falta de contrapesos. El desgaste de AMLO en mes y medio es insostenible física y políticamente. Se irán serenando ánimos y situaciones. Esto apenas empieza. Jesús Silva Herzog interpretaba este gobierno como la búsqueda de la épica, de la concepción heroica que López Obrador tiene de sí mismo. Esta debe ser su intención, pero los resultados son diferentes. Sobre la Guardia Nacional, uno de los argumentos más novedosos que he leído al respecto se encuentra en el ensayo de Víctor Manuel Sánchez Valdés, de la Universidad Autónoma de Coahuila, en la edición digital de la revista Nexos: "Seguridad pública en el mundo": ¿quién está al mando? El autor desarrolla dos tesis sencillas y contundentes. La primera es obvia, el autor revisa las fichas tecnicas de Interpol de 200 países para determinar el porcentaje de Naciones con fuerzas de seguridad bajo mando civil, militar, concurrente, o predominante civil. Los resultados son esclarecedores. Las dos terceras partes de los países del mundo 134 posen policías únicamente civiles. 17 naciones mantienen un sistema híbrido o concurrente, es decir militar y civil. La segunda tesis es igualmente interesante. Sánchez Valdés recurre al Democracy Index de The Economist, para determinar que tipo de países presentan soluciones militares y cuáles optan más bien por la civiles. Resulta que los países civiles arrojan un índice promedio de democracia de 6.46; los
militares de 3.07. Me permito afirmar categóricamente que nos mienten cuando nos dicen que militarizar la seguridad es la única opción posible. No es así. Existe una avenida no explorada que incluye revisar lo hecho hasta ahora, identificar los problemas y plantear una solución ser la institucionalidad y la vía civil. Difícil es. Requiere de hombres de Estado. División de estado. La puesta en marcha de una Guardia Nacional que tendrá que ser auxiliar del Ministerio Público Federal, generarán una tensión entre los requerimientos del nuevo sistema. La falta de, o la apresurada capacitación de este cuerpo, resultará en aprehensiones que no se puedan judicializar y continuarán los altos niveles de impunidad. Enfrentar la violencia es apremiante, pero no podemos seguir teniendo respuestas condicionadas por la urgencia y aceptar que la vía militar es el único camino. Es momento de seguir dando pasos hacia adelante: saaaale. |
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