Analicen con calma. Sin apasionamientos. Con el cerebro y no con el corazón. Al margen de fobias y filias, y disculpen el lugar común. Sin pecar de ingenuos ni caer en pesimismos u optimismos sin fundamentos. Si hoy fueran las elecciones, ¿quién conquistaría la presidencia?
Aún no hay candidato por Morena y aliados. Tampoco por el Frente Amplio por México (PAN-PRI-PRD). Y se ignora qué camino tomará finalmente Movimiento Ciudadano.
Se presume que Andrés Manuel López Obrador ya escogió a Claudia Sheinbaum y que no cambiará de opinión. Tal vez. Aunque simpatizantes de Marcelo Ebrard y amigos de Adán Augusto López abrigan esperanzas cada vez más remotas de un milagro político.
Según recientes encuestas, algunas publicadas y otras no, Sheinbaum y Ebrard van en virtual empate técnico con Xóchitl Gálvez. Sí, increíble, en menos de un mes los alcanzó y está a punto de rebasarlos. No es mi favorita. Quizá Marcelo Ebrard o Miguel Ángel Mancera sería un magnífico presidente, pero si en este momento fuesen las elecciones, acaso Xóchitl Gálvez los arrasaría.
Xóchitl cae bien, es valiente y honesta. No tiene cola que le pisen. Y mientras más la ataca el presidente, más aumenta su popularidad.
Por ahora veamos si la dejan llegar a candidata. Merece la oportunidad. Se la ha ganado a pulso.
Falta menos de un año para las votaciones y en el ínterin ocurrirán situaciones y circunstancias negativas y positivas relacionadas con este proceso electoral y podrían modificarse los escenarios actuales.
O sea, hoy probablemente triunfaría Xóchitl. El próximo año, no lo sabemos.
¡Es cuánto!, dirían los clásicos.
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