Desde el domingo primero de julio es ya el número uno para efectos prácticos y políticos. Miyuli pasó a segundo término aunque siga siendo gobernador del estado.
Durante la entrega de constancia de mayoría, ayer, cientos de mujeres y hombres se dieron cita en las oficinas del OPLE e INE, en Juárez y Ávila Camacho, respectivamente.
Es el gobernador que ha obtenido la más alta votación a su favor en la historia de Veracruz.
Muchos eran los mismos que hace dos años vitorearon a Miguel Ángel Yunes Linares y lo acompañaron caminando del OPLE a la Plaza Lerdo para festejar el triunfo. ¡Muerto el rey. Viva el rey!
Cutláhuac García Jiménez tiene un paquetazo. Las expectativas generadas son demasiado altas. Deseamos que le vaya bien al nuevo gobernador y mejor a Veracruz.
Minutos después de las 12 horas de este domingo llegó a la sede del OPLE. No todos pudieron acceder. El recinto fue insuficiente. Entró, salió, saludó de mano a los que tuvieron suerte. Al resto, de lejitos.
En una camioneta se trasladó al INE. Cientos de personas lo siguieron a pie, bajo candente sol. Acá tampoco cupieron todos y lo esperaron afuera. Deseaban saludarlo o que, por lo menos, los viera de lejitos.
No sólo había gente de MORENA, también priistas, panistas, perredistas, etcétera, que han migrado de partido. Y los que no pertenecen ni han pertenecido a ningún partido político. Pura sociedad civil.
Se escuchaban comentarios, como: “Vamos a ponernos acá para saludarlo”… “Vente, va a salir por esta puerta”… “Aquí está su camioneta, nos tiene que ver”… “Chin, me saludó de mano pero ni siquiera volteó a verme”.
Empujones, gritos, vivas, mariachi y batucada a la más pura y tradicional usanza priista. Todo era entusiasmo cuando apareció y no subió ni al coche negro estacionado frente a una puerta del INE, ni a la camioneta blanca que estaba a media calle.
Caminó entre el gentío. Saludaba. Sonreía. Recibía cartas de peticiones y hasta invitaciones para quién sabe qué festejos.
Antes de que saliera del INE no faltaron los “queda-bien” a los que les brotó su espíritu de guarura y gritaban a voz en cuello, más bien para llamar la atención, que para imponer orden:
--“Quítense. Abran valla para que pueda pasar el candidato. Vamos, vamos, a un lado por favor, a un lado. Obedezcan, obedezcan”, al tiempo que endurecían el rostro para verse más serios y amenazadores, y agitaban los brazos y manoteaban una y otra vez.
Entre el mar de gente, sobresalía Rafael Hernández Villalpando, a quien ya candidatean para secretario general de gobierno. También Rocío Nahle, Ricardo Ahued y Ana Miriam Ferráez subieron a la camioneta de batea junto con Cuitláhuac García.
Se despidió y sanseacabó. Ahora viene la designación del gabinete.
Hace dos años, se equivocaron quienes confiaron en que “venía lo mejor con Yunes de gobernador”.
Hoy Cuitláhuac es “la esperanza de Veracruz”. |
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