Sucesos inéditos se suscitan en este país. Vienen en cascada escenarios nunca vistos. La delincuencia organizada se muestra cada día más agresiva y envalentonada. Aumentan las marchas, bloqueos y tomas de edificios públicos por parte de organizaciones sociales que protestan y plantean demandas legítimas o exageradas y oportunistas. Grupos de civiles atacan y vejan a militares y policías. Encapuchados cometen actos vandálicos y queman la Bandera Nacional. Van a la alza las ejecuciones, extorsiones, secuestros, robos, feminicidios y delitos en general. Ciudadanos con nombres y apellidos critican y se mofan del presidente en redes sociales y medios de comunicación y, lo inaudito, lo insultan públicamente, como el veracruzano de Tierra Blanca, el tocayo José Benítez.
Ante las duras y tupidas andanadas, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se queda callado y aprovechando las conferencias mañaneras, arremete contra sus opositores. Insiste en que su gobierno va bien y que lo atacan los corruptos nostálgicos que perdieron privilegios.
Los mexicanos se dividen entre los que lo apoyan a ultranza y quienes no ven nada positivo en él, incluidos los arrepentidos y
decepcionados de haber votado por MORENA. No hay términos medios: o estás con Andrés Manuel López Obrador o en su contra.
El propio presidente habló hace unos días de un eventual golpe de estado sin aportar pruebas ni detalles.
Hasta hace unos años la institución presidencial parecía intocable. Hoy le han perdido el respeto y le lanzan toda clase de improperios, lo que en épocas pasadas habría sido impensable.
Se viven tiempos de cambio. Lo de antes, hoy es distinto. “No somos iguales”, machaca el presidente López Obrador y ante los que aseguran que vamos mal, responde “con otros datos”.
En las encuestas continúa conservando popularidad, simpatías y el apoyo de las mayorías. Arriba del 50 por ciento afirma que en la consulta de revocación de mandato, votará para que continúe en la presidencia. Esto, en caso de que la votación fuese en este momento. Veremos si se mantiene, disminuye o aumenta esta tendencia.
Los mexicanos más pobres y los beneficiarios de programas sociales y de otro tipo de acciones y obras, confían en que el país saldrá adelante, que mejorará la seguridad, se generarán más empleos y se reducirá la miseria.
Los adversarios, conservadores o como gusten llamarles, juran que AMLO nos conducirá a la ruina y que urge frenarlo, revocándole el mandato presidencial. |
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