Todos creen poseer la o las recetas mágicas para resolver la problemática no sólo del país, sino del mundo. Me abocaré a plantear aquí lo concerniente a nuestro querido Veracruz que, siendo un estado rico en recursos naturales y humanos, es uno de los más atrasados y con graves problemas de inseguridad, desempleo y la consecuente pobreza.
Debido a la inseguridad se ahuyentan turismo e inversiones privadas y ello provoca desempleo en un eterno círculo vicioso que mantiene desesperados e indignados y al borde del estallido a los veracruzanos.
Por fortuna el histórico triunfo de los candidatos de MORENA a gobernador y a presidente devolvió la esperanza y es una válvula de respiro para la irritada sociedad.
Ahora viene lo complicado, o sea, la forma en que Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García Jiménez, presidente y gobernador entrantes, respectivamente, responderán a las altas expectativas generadas en el pueblo.
La abudante votación obtenida demuestra el grado de confianza que ambos inspiraron entre los ciudadanos. Los retos y compromisos que deben cumplir, sobre todo en materia de seguridad y combate a la corrupción y la impunidad son temas clave para salir del atolladero en el que estamos inmersos.
Cuitláhuac se enfrentará a una elevada deuda pública, a acreedores de distintos niveles reclamando sus pagos y a compromisos prioritarios de un gobierno que por ningún motivo puede frenar su marcha.
Para cumplirle a Veracruz es indispensable ejecutar más obra, de mayor calidad y con menos recursos económicos. Y para que esto sea posible
constituyen una condición sine qua non la honestidad y la voluntad política del flamante gobierno que se estrena a partir del primero de diciembre.
Me invitaron hace unos días a participar en mesas de trabajo, coordinadas por la exdiputada Victoria Gutiérrez, para discutir y presentar propuestas que serán incorporadas al Plan Veracruzano de Desarrollo. En estas reuniones he platicado con ciudadanos muy preparados y deseosos de aportar excelentes ideas que pueden ser útiles para el estado.
Ojalá estas iniciativas sean tomadas en cuenta y, previo estudio y análisis, se les pula e incorporen al Plan de Desarrollo que echará a andar Cuitláhuac García.
De lo comentado y expuesto en estas mesas se colige la factibilidad de hacer más y mejor obra con menos dinero si se actúa con honestidad y eficiencia desde arriba hacia abajo, porque aunque se nos dijo hace dos años que disminuirían la corrupción y la inseguridad, lo cierto es que ni se acabaron los inmorales moches ni bajaron los índices de inseguridad. Y en algunos casos se incrementaron.
Cuitláhuac es honesto y tiene la capacidad y voluntad política que se requiere para ser un gran gobernador. Veracruz confía en él y en el apoyo de Andrés Manuel López Obrador.
Hagamos historia y vayamos firmes hacia la cuarta transformación de Veracruz y México. |
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