Si no ha disminuido la inseguridad, no hay dinero para obras, no ha podido remover al fiscal incómodo ni deshacerse del presidente del Poder Judicial y la percepción de infinidad de veracruzanos es que no ha llevado a cabo nada relevante como gobernador, entonces algo necesita inventar Cuitláhuac García Jiménez. ¿De qué rayos sirve que el presidente Andrés Manuel López Obrador exprese una y otra vez que cuenta con todo su respaldo y que es un hombre muy honesto? Hasta quienes hoy todavía lo apoyan terminarán por darle la espalda si no ven resultados tangibles.
Pedí a varios amigos que, sin apasionamientos, mencionaran tres acciones trascendentes del gobernador Cuitláhuac. Nadie recordó ni siquiera una y sí, en cambio, puntos negativos.
Es fácil criticar desde afuera sin situarse en el lugar del servidor público.
--Yo hubiera hecho esto, aquello o lo otro –pontifican sin ton ni son personas entrevistadas sobre temas importantes y lanzan ataques e improperios de toda clase contra el gobernante en turno. Cada quien propone sus infalibles recetas para resolver tal o cual problema.
El pueblo a veces se venga de sus gobernantes calificándolos de ignorantes, torpes o cretinos y, sobretodo, de ladrones, aunque esto no siempre sea verdad. Es una forma de desahogo personal por la crisis que vivimos. A alguien hay que culpar con o sin razón.
Veracruz se ha caracterizado por marchar a la vanguardia en diversos aspectos, en especial en materia política. Ha sido el primero en secundar y replicar políticas o medidas presidenciales, tales como aprobar reformas constitucionales, etcétera.
Los presidentes de la república han manifestado especial predilección por nuestro estado. López Obrador no es la excepción. Somos los más visitados por AMLO hasta el momento. Parece que le caemos bien y él mismo presume que también es veracruzano.
Es tiempo de capitalizar esta simpatía en beneficio de Veracruz.
Si el gobernador y el fiscal están enfrentados, si el presidente del Tribunal Superior de Justicia es afín a Miguel Ángel Yunes Linares aunque finja llevar la fiesta en paz con Cuitláhuac García, ¿por qué no aprovechar el apoyo presidencial y, por decreto o con la aprobación del Congreso local, se crea el Instituto Estatal para Devolver lo Robado al Pueblo Veracruzano, con facultades para rastrear y recuperar todos los bienes que de manera ilícita se han llevado políticos y ex servidores públicos que hoy viven tranquilamente en la opulencia con dinero de nosotros.
Podrían expropiarse o incautarse miles de millones de pesos que servirían muy bien para repartir entre las familias más pobres de Veracruz, y Cuitláhuac García Jiménez se convertiría en el gobernador más querido y popular… casi como AMLO.
Si esta idea no les parece, sugieran otra u otras similares, más creativas y novedosas. |
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