En informal charla con inteligente y culto político retirado le pregunté qué haría en el hipotético caso de que él fuera secretario de Gobernación del presidente Andrés Manuel López Obrador y la respuesta contundente fue:
--“Renuncio”.
Son tantos y tan complejos los problemas de toda índole y los errores cometidos desde el poder, que no se advierten soluciones de fondo a corto o mediano plazo.
--¿Y si usted fuera presidente de la república? –insistí.
--Entonces tal vez llevaría a cabo exactamente algunas de las cosas que está realizando López Obrador y otras no… o de diferente manera. La situación no va a mejorar en unos cuantos años ni en un sexenio.
Como se trató de una conversación amistosa y no de una entrevista periodística, no estoy autorizado a escribir todo lo que me dijo. Tampoco revelaré su identidad. Tal vez más adelante publique su análisis y el desolador panorama que vislumbra.
A punto de cumplir 100 días de gobierno, Andrés Manuel López Obrador goza de altos niveles de popularidad a pesar de medidas criticadas, como la cancelación del aeropuerto internacional que se estaba construyendo en Texcoco, entre otras.
Si al concluir el sexenio no ha disminuido la inseguridad, si la corrupción y la impunidad continúan igual, si aumentan el desempleo y la pobreza, puede haber ingobernabilidad y entonces sí, ¡aguas!
López Obrador no posee una varita mágica para resolver problemas, ni es el mesías todopoderoso que por milagro sacará a México del atolladero en que se halla inmerso como lo insinuarían sus simpatizantes. Es un hombre de carne y hueso y hará lo que pueda.
Tampoco es López Obrador el anticristo, el populista irresponsable, retrógrada o ignorante que con recetas políticas del pasado pretenda gobernar a los mexicanos y reelegirse o eternizarse en el poder utilizando estratagemas como el referendo o la consulta ciudadana, como lo acusan sus muchos detractores.
Cien días, --los cumple el próximo domingo--, es muy poco tiempo para evaluar su gestión y exigirle resultados. Sí podemos tener una idea de cómo va, opinar y sugerir acciones y correcciones.
Ya más cerca, aquí en el estado de Veracruz, veamos cómo va el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, que lleva en el cargo el mismo tiempo que el presidente.
Para unos es el peor gobernador que ha habido. Para otros, es mejor que todos los anteriores, incluidos Miguel Ángel Yunes, Javier Duarte y Fidel Herrera.
Para este sondeo formulo preguntas de simple reportero, porque lo que interesa saber es qué piensa el pueblo veracruzano, empezando por ustedes, amigos lectores.
¿Hasta ahora va bien o mal Cuitláhuac García? ¿Cómo lo califican comparado con sus antecesores? ¿Y Andrés Manuel López Obrador?
Ha tenido AMLO el valor de destapar la gran cloaca de la política mexicana. ¿Podrá limpiarla? ¿O la dejará expuesta a cielo abierto con toda la podredumbre, la fetidez y pus de la corrupción ancestral?
Dentro de 6 años veremos si sale como el mejor o el peor presidente de la historia. |
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