Ayer zapeando en la tele, entre los duelos de los pocos que quedan del tenis del US Open, encontré en TVE la televisión española, en el programa El Chiringuito, una entrevista en vivo al gran escritor Arturo Pérez Reverte. Sucede que estrena un libro, Misión en Paris, una nueva aventura del capitán Alatriste. A poco de salir comenzó a venderse como pan caliente, diría el clásico. Hay que esperar, quizá ya esté en México pero seguro será otro hit en ventas.
UN POCO MÁS DE CORTÁZAR (II)
Por Tomás Eloy Martínez.
Al dictador Roberto Viola le habían pedido una opinión sobre argentinos exiliados a los que él consideraba enemigos del país, agentes de la subversión y otros cargos por el estilo. Cuando se mencionó el nombre de Cortázar, Viola fingió sorpresa: "Que yo sepa", dijo, "ese señor es francés y no tiene nada que ver con nosotros." Luego de treinta años de vivir en París y de dos rechazos a su petición de ciudadanía, el gobierno socialista de François Mitterrand al fin le había concedido a Cortázar la doble nacionalidad, para ahorrarle nuevos trastornos burocráticos. Julio se sintió en la necesidad de distinguir entre "lo que va del patriotismo legítimo al nacionalismo de consignas y arengas". En la entrevista -entregada al semanario brasileño Veja - declaró que el pasaporte francés lo hacía sentir más argentino y más latinoamericano que nunca, puesto que lo proveía "de nuevos medios y de nuevas fuerzas para seguir luchando contra los regímenes que infaman el Cono Sur".
LOS CUENTOS
El poeta español León Felipe, aseguraba que había vivido todos los cuentos, en su inmortal poema 'Sé todos los cuentos': "Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto. Y he visto: Que la cuna del hombre la mecen con cuentos, que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, que los huesos del hombre los entierran con cuentos, y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos. Yo no sé muchas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos, y sé todos los cuentos".
ACEPTAR LO QUE SE ES
Charles Chaplin, Cantinflas y el Gordo empezaron cada uno haciendo papeles de señores muy serios en las representaciones. También tratando de imitar algunos actores muy famosos, pero no conseguían nada. Entonces cada uno se propuso ser lo que era, un sencillote que aceptaba los baches de la vida con una gran dosis de humor. Y triunfaron.
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