Lo ocurrido en Coatzacoalcos la noche de este 27 de agosto en un centro nocturno, donde murieron 26 personas a causa del ataque perpetrado por un grupo fuertemente armado, que arribó al lugar detonando sus armas, obstruyendo los accesos para posteriormente incendiar el lugar, es sin duda una terrible noticia, pero si alguien piensa que estos hechos, que se multiplican a una velocidad alarmante, son lo peor que está ocurriendo en la entidad, se equivoca rotundamente.
La tragedia que vive Veracruz es la ausencia total de autoridad, los acontecimientos de violencia son consecuencia de esta triste realidad, la disputa por el poder político, por ambición y no por servicio, es el origen de los males que padece la sociedad. Quienes gobernaron el binomio pasado, lo hicieron por ese tiempo porque sus rivales, al ver que era inevitable su arribo al poder, modificaron la Constitución local para acortar su estancia en el gobierno, para, en la elección inmediata posterior replantear su estrategia y sus alianzas, lo cual les salió justo como lo planearon, montados en una ola electoral construida desde el epicentro del sistema, recuperaron las llaves de palacio de gobierno y abrieron la puerta de la torpeza y la frivolidad para mal gobernar.
Por supuesto que su antecesor Yunes Linares no se quedaría cruzado de brazos, el fiscal que la administración de Javier Duarte le había heredado fue removido sin ninguna sutileza y hasta estuvo recluido por un tiempo en la cárcel, para imponer a Jorge Winckler, uno de sus colaboradores más cercanos, por lo que resulta una obviedad, nunca lo indagaría bajo ninguna circunstancia.
Este es el meollo del asunto, una interminable confrontación donde ha quedado en medio y a la deriva el bienestar de los ciudadanos.
La descomposición del estado no es una total responsabilidad del gobierno actual su degradación se ha venido acumulando, el gobierno de dos años que lo antecedió recibió una situación financiera, social, de infraestructura y de seguridad muy comprometida, y en el corto tiempo de esa administración se adquirió más deuda, no se construyó infraestructura significativa y en materia de seguridad las cosas para nada mejoraron.
El mejor pretexto para justificar la mala marcha ha sido lanzar culpas al pasado, como si no supiéramos y como si no lo hubieran advertido desde que pretendían ser gobierno, los que están y los que estuvieron pero que no terminan de marcharse, precisamente muchos de los males que padecemos fueron sus banderas y hasta irresponsablemente se alegraban con cada hecho lamentable. Esta ha sido una competencia de quien es el menos malo cuando debería de ser un ejercicio para ser el mejor, tratar de superar al que sí lo hizo bien y no imitando al que fue un rotundo fracaso.
El colmo de esta situación la padeció el propio ejecutivo federal al difundir una información inexacta, donde se responsabilizaba a la Fiscalía del Estado de la libertad de un presunto responsable, cuando los documentos que presentaron los aludidos indican que había sido la Fiscalía General de la República quienes habían tenido bajo custodia al detenido al cual señalan como sospechoso.
Resulta delicado que el primer mandatario del país quede en evidencia de esta manera, tan es así, que lo menos grave es que se diga que expone mentiras, porque resulta aún más dañino para las instituciones que se vea como un gobernante desinformado y rodeado de colaboradores que solo aplauden y no respaldan su gestión de gobierno. Aquí no caben las especulaciones de quien le filtró esa información, porque la versión donde se pone en evidencia la credibilidad de la Fiscalía del Estado fue publicada en Twitter por el propio gobernador, Cuitláhuac García y su Secretario de Gobierno, Eric Cisneros.
Desde luego que todo este desaseo y mal manejo de la información no exime de responsabilidad a ninguna autoridad, tanto el Gobernador, el Secretario de Gobierno, como el Secretario de Seguridad Pública y el propio Fiscal General del Estado, no le han cumplido a los veracruzanos, nadie tiene garantizada la seguridad, ni su patrimonio y mucho menos el acceso a la justicia.
Lo hecho, hecho esta, ahora se debe buscar una solución a tan trágica situación, apegados a la ley y respaldándose en las instituciones, lo cierto es que la situación que priva en Veracruz es insostenible, tanto, como varios funcionarios que gozan sin recato las delicias del poder y cuyas pifias tan garrafales están a la vista de todos.
JORGE MARIN BARRAGAN
Orizaba; ver. A 28 de agosto de 2019. |
|