Nadie en su sano juicio está en contra de combatir el robo de gasolina, la delincuencia y todo acto de corrupción. Todos deseamos que termine la violencia, que mejore la economía y que acabe la impunidad. Los fines no están en discusión, el problema es lo que se oculta detrás del diagnóstico oficial y las medidas que pretenden instaurar.
Si fueran errores y falta de previsión los motivos del desabasto de gasolína suscitado enmedio del combate al huachicoleo, Rocío Nalhe, Secretaria de Energía y Octavio Romero, Director de PEMEX ya hubieran sido despedidos, no ocurre así porque las acciones llevadas a cabo tienen una estrategia mediatica como todo lo que lleva a cabo el autodenominado gobierno de la transformación, para convencer al pueblo de que lo están haciendo bien aunque las cosas vayan mal.
La escasez de gasolina se dió en estados donde no gobierna la coalición afin al sr. López, premeditadamente así lo propiciaron para pasar la factura de sus efectos a la oposición, pero además, de manera perversa y con su equipo mediático y de redes sociales, hicieron correr la versión de que en las entidades donde se padecía los efectos del combate al huachicol, era porque este ilicito no tan sólo era permitido por sus autoridades sino que en el participaban activamente.
Mientras tanto en sus ruedas de prensa matutinas, Andrés Manuel se teje con su retórica provocadora y audaz un traje de héroe a la medida, anunciando con vehemencia que será implacable contra la corrupción.
En efecto esta combatiendo actos y complicidades que han dañado a México, pero ese no es el motivo principal, ese es el estandarte que utiliza para quitar del camino las complicidades que ya no sirven a la mafia del poder, con chivos expiatorios menores, sin tocar un sólo pez gordo (Exsecretarios de Energía, exdirectores y subdirectores de PEMEX, dirigentes sindicales, etc.) Por el contrario han dejado en la impunidad a colaboradores clave del régimen para que disfruten, como pago por sus servicios, una riqueza solo explicable al amparo del poder. Esta por demás decir que Enrique Peña no será tocado ni con el pétalo de una rosa, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón aún menos, todos ellos tienen a sus embajadores ubicados en el nuevo gobierno.
López Obrador es un gobernante al que el régimen y sus poderes fácticos han construido una imagen impoluta y de opositor único, primero, para que obtuviera un bono democrático amplio, para posteriormente llevar a cabo acciones que los gobiernos anteriores no pudieron: La militarización del país y la invasión de grandes extenciones de selvas y territorios virgenes donde el agua y minerales son abundantes, para hacer posible la explotación de sus riquezas naturales y, donde el presunto desarrollo, sirva para contener la migración hacia los Estados Unidos, a costa del desplazamento y exterminio de los pueblos originarios. No en balde Trump dispondrá de jugosos recursos para apoyar los proyectos de López Obrador, nada de esto es casual, mucho menos por humanidad.
No es un asunto menor lo que ocurre, es parte de un plan perfectamente delineado, donde los opositores y toda voz critica y de alerta es sofocada con un alud de lodo hacia su persona y trayectoria. Con un ejercito de bots y trolles la guerra sucia de la 4a transformación esta en marcha, al clásico estilo del régimen corruptor que continúa.
JORGE MARÍN BARRAGÁN
Orizaba, Ver. A 19 de enero de 2019. |
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