Ante la inminente derrota, según revelan los datos de todas las encuestas objetivas, el PRI se dispone a pactar la entrega del poder a cambio de que nada sea investigado con rigor, muchos escándalos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, pueden, mediante acuerdo de por medio, quedar en el anecdotario del pacto de impunidad prevaleciente.
El reciente escándalo de los desvíos millonarios en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) por más de dos mil millones de pesos, en donde se involucra a la Universidad Autónoma de Morelos y se presume la actuación omisa de José Antonio Meade, el candidato oficial a la presidencia de la república, ha prendido los focos rojos en los pinos y apresurado la negociación con el mismísimo diablo encarnado en la figura de López Obrador.
Existen infinidad de datos que nos conducen a presumir que López Obrador a claudicado en su lucha contra el sistema: durante su precampaña se ha dedicado combatir a Ricardo Anaya y a enviar mensajes cifrados a los integrantes de la mafia del poder, tal y como les bautizo y a quienes a últimas fechas ha omitido dirigirse de tal forma. A ello se le debe agregar las alianzas que ha tejido en el camino de su tercera candidatura, de entrada se ve a todas luces la mano del ex Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, al permitir que los institutos políticos en los cuales tiene injerencia se integraran a su coalición; la incorporación a sus listas plurinominales de personajes ligados a Felipe Calderón, de quien él dice le robo la presidencia en 2006, y a líderes sindicales a quienes señaló de ser un símbolo del corporativismo y la corrupción, existen más datos al respecto, esto sólo es el botón de muestra.
Por su parte el PRI - GOBIERNO hace lo propio y recluta a los calderonistas Javier Lozano ex priista, Senador por el PAN y de regreso a su casa el PRI, como vocero, al Senador Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuarth para desestabilizar a la bancada panista en el Senado y en total sintonía con López Obrador, combatan al principal oponente del régimen, Ricardo Anaya Cortes, el aspirante de la coalición Por México Al Frente.
El joven pero experimentado Ricardo Anaya ha demostrado un temple de acero ante la durísima embestida del sistema, lejos de acobardarse, ha exigido a la Procuraduría informe si tiene una investigación formal en su contra, exhortando que proceda conforme a la ley. Pero además, ha manifestado que de llegar a la presidencia, dotará de autonomía a la fiscalía general de la nación para que se investiguen todos los escandalosos casos de corrupción del sexenio de Enrique Peña Nieto, Casa Blanca, Odebrecht, Estafa Maestra y desvíos de SEDESOL, para que derivado de investigaciones apegadas a derecho se proceda
contra quien resulte responsable de actos de corrupción, prometiendo que a partir de su sexenio no habrá intocables y se acabará la impunidad.
Así con esta valiente postura, Ricardo Anaya Cortes, ha decidido romper con el régimen corruptor y se ha convertido, quien lo diría, en el candidato antisistema, para disputar codo a codo la presidencia al candidato de la amnistía, Andrés Manuel López Obrador, ahora en su desconocida faceta conciliadora con el régimen les ofrece impunidad, quizás por ser su tercera y última participación ha decidido claudicar y perder todo para ganar la presidencia.
JORGE MARÍN BARRAGÁN Orizaba, Ver. A 7 de marzo de 2018. |
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