En la primera sesión del congreso este 1 de septiembre, la nueva mayoría en la cámara de diputados incluyendo su presidente, actuaron de una forma deplorable, igual que los que se fueron, idénticos en la forma. En el fondo no niegan, comprobado con su actitud, que su deseo era estar en una situación de mayoría para aplicar su ventaja contra quienes pensaran contrario a ellos, no preocupados por la patria sino como un deseo de poder para sentirse omnipotentes.
Preocupa y decepciona la conducta que asumieron ante un discurso propositivo y determinante, donde les recordaron sus compromisos, pero donde también les presentaban sus votos para conseguir que los cumplieran, con la advertencia de que tendrán una oposición crítica, propositiva y firme, con argumentos para apoyar y también para oponerse, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
Durante la intervención de Dante Delgado, interrumpieron de manera grotesca, actuaron de la peor manera, sobre todo con un personaje que apoyó a su líder López Obrador, con recursos materiales y humanos, pero que además otorgó posiciones plurinominales a personas cercanas a él, para dar vida a su movimiento aún antes de ser partido, un comportamiento de estadista el del dirigente de Movimiento Ciudadano, que actúa en función de los intereses del país, contrastante a la actitud poco civilizada de los seguidores del próximo presidente, quien en momentos cruciales obtuvo de Dante apoyo de irrestricta solidaridad, y no sólo de él, sino de toda su militancia que cedió una oportunidad bien ganada, para respaldar al Movimiento de Regeneración Nacional.
Cuando gobernaba el PRI y tenía mayoría en el congreso, era casi imposible hacer uso de la tribuna para expresar alguna inconformidad o propuesta desde la oposición, cuando el orador tocaba un tema que descubriera intenciones contrarias al interés de los ciudadanos, la jauría legislativa era soltada para impedirlo, la conducta de los representantes populares era vergonzosa, actuaban como delincuentes con fuero defendiendo a su jefe. Esta era una queja constante de muchos que lo padecieron y que ahora en la nueva legislatura están en el lado opuesto, con el poder y la mayoría en la mano, al parecer para actuar al viejo estilo del PRI o tal vez lo peor este por llegar.
JORGE MARIN BARRAGAN Orizaba, Ver. A 1 de septiembre de 2018. |
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