En un mundo ideal y justo, la maternidad por elección debería ser la única opción; pero ¿qué pasa cuando quieres y no puedes? La sociedad igual te estigmatiza, te señala e impone una carga por no cumplir los cánones del patriarcado.
Una y otra vez escuchan la misma frase: ¿cuándo serás madre? Conforme pasen los años, son más insistentes y añaden la edad al final para recordar que le queda poco tiempo al reloj biológico, que pasando los 40`s difícilmente lo lograrán. Sí, como si fuera la única meta y camino por recorrer.
Por demás está decir que no hacemos lo mismo con un hombre que rebasa los 30, a él no le preguntamos que cuándo se casará o cuándo se convertirá en padre, que le apure porque se le irá el tren.
Aun con la presión social y familiar, muchas mujeres deciden y eligen no ser madres. Y son juzgadas, rumoran si serán lesbianas, infértiles o tan amargadas que no consiguen pareja. En otras ocasiones solo se pospone la maternidad para alcanzar aspiraciones profesionales, espirituales o materiales.
Pero la maternidad también es deseada por muchas mujeres que ven su sueño frustrado, lo desean tanto y no lo consiguen, y una de las principales causas -en los últimos años- que les impide lograrlo es el cáncer. Algunos tipos de tumores de ovario se presenta mayormente en mujeres adolescentes y jóvenes, sin molestias ni síntomas.
Para la población femenina de 30 a 50 años, el cáncer de órganos genitales femeninos (categoría que incluye al de tipo cérvico uterino y al de ovario) se ubica como la primera causa de muerte por neoplasias malignas, según cifras oficiales del Inegi.
Sin duda, el cáncer también afecta a los hombres y en general se ha convertido en la primera causa de muerte en todo el mundo, pero en la población femenina, en edad reproductiva, mata los deseos de la maternidad.
Quienes han enfrentado el cáncer, también lidian con problemas económicos, familiares y hasta de pareja. Cuando la enfermedad sede, en muchas ocasiones las marcas de las heridas y las secuelas siguen. Y deben reconstruirse en soledad.
Cuando se recuperan regresa la carga social y el patriarcado naturalizado, como lo define Alda Facio, ese “sistema de gobierno, de familia… esa forma de ver y entender el mundo que también está en las estructuras de afuera y las estructuras mentales, son las dos cosas”, que les exige tener hijos.
Quisieran gritar y decir que padecieron cáncer, que les extirparon la matriz, que no pudieron convertirse en madres, que su pareja las abandonó por otra mujer que sí pueda darles familia; pero callan y sonríen, y sueltan un “más adelante, tal vez”.
A todas las mujeres mi admiración, a las que deciden ser madres y a las que no, y a las que la vida no les dio la opción de elegir, mi respeto.
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