Los jóvenes cargan con la elección a cuestas en Veracruz, ellos realmente podrían hacer la diferencia e inclinar la balanza de un lado o del otro. Saben que tienen el poder en sus manos, pero muchos no saben por quién votar y otros nunca les ha interesado ejercer este derecho.
Para esta elección concurrente, prácticamente el 40 por ciento del padrón electoral en el estado de Veracruz son jóvenes entre 18 y 34 años de edad con posibilidades de sufragar. Crecieron con las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con el inicio y comercialización de la telefonía celular y con la llegada y masificación del internet en México.
Son los millennials, nacidos entre 1982 y 2004, “la primera generación que puede considerarse global”, aseguran diversos autores. Son jóvenes que nadan como pez en el agua en las redes sociales, pero que poco participan en la vida pública; los mueven las causas sociales, pero a veces necesitan un empujón para actuar.
En un ejercicio académico realizado por alumnos universitarios se analizó a través de cuatro focus group la imagen que tienen jóvenes de entre 18 y 20 años de cada uno de los candidatos presidenciables y la aceptación del slogan que utilizaron en esta campaña.
Una grata sorpresa fue conocer su preocupación por la vida pública de México y por esta elección que definen como histórica. Y la califican así por el “hartazgo social”, la desilusión en las autoridades y la desconfianza en las instituciones públicas.
Otra realidad que se percibió es que no creen en los partidos políticos ni los convenció ningún candidato, los cuatro presidenciables son malos, afirmaron. A López Obrador lo ven como “populista”, a Pepe Meade lo asocian a un partido “corrupto”, de Anaya, dicen, no convence ni a los de su partido y a El Bronco ni lo mencionan.
Me parece interesante la conceptualización que tienen de una candidatura ciudadana, la ven como una opción porque es un nuevo sistema democrático y la última esperanza, ante el descredito total que tienen los partidos políticos y sus dirigentes.
Acudirán a votar –dicen- porque es su responsabilidad y serán elecciones complicadas, pero no convencidos por una propuesta o un liderazgo para llevar las riendas del país. Cualquier que llegue al poder, afirman, terminará corrompiéndose. Y solo un cambio en el manejo de los cargos públicos podría hacer la diferencia.
Es cierto, la ciudadanía debe apoderarse de los espacios públicos, instituciones y organismos autónomos, porque hasta ahora los partidos políticos los han secuestrado y han doblegado su verdadero espíritu.
A pesar de su corta edad, las palabras de uno de los estudiantes de derecho que participaron en la actividad son acertadas: “El que llegue, debe hacer algo, todos están hartos”.
De los 2 millones 189 mil personas en ese rango de edad, 106 mil podrán votar por primera vez. Adelantan que buscarán votar “por el menos malo”. Esa es la triste realidad de la democracia en México.
“Se dice que nosotros los jóvenes vamos a definir la elección, salgan a votar”, conminan.
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En Veracruz, sólo un candidato a la gubernatura cumplió con su promesa de presentar sus declaraciones en la plataforma 3 de 3. Unos días antes de que terminara la campaña lo hizo el priista José Yunes Zorrilla.
Si bien los abanderados partidistas no tienen la obligación de presentar su declaración patrimonial, de conflicto de interés y fiscal, hacerlo es una muestra de voluntad política y compromiso con la rendición de cuentas.
Los otros dos candidatos y la abanderada demostraron desinterés y hasta desprecio por transparentar sus bienes. El tema genera sospechas y suspicacias, ¿tendrán algo que ocultar?
Ante la prensa, el morenista Cuitláhuac García Jiménez aseguró que sus bienes sólo se componen de un terreno en zona rural y una camioneta Nissan 2015, la cual sufrió un accidente hace un par de meses; en cuanto a su declaración de conflicto de interés, dijo que es maestro de tiempo completo en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana. Sin embargo, la información nunca la compartió en la plataforma del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) denominada 3 de 3 que funciona desde 2015.
Parece que siguen sin aprender de los errores: el sexenio obscuro de Javier Duarte de Ochoa. Y siguen sin entender de qué se trata la transparencia, que podría prevenir y erradicar la corrupción gubernamental como bien ha señalado Jacqueline Peschard.
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