Si algo nos gusta a los veracruzanos es la intriga y especulación. Nos encanta elucubrar como si tuviéramos una bola de cristal que nos mostrará el futuro. Y si se trata de política, nos pintamos solos.
Nos encantan las novelas policiacas, los thriller de suspenso y, por qué no, las novelas políticas. La idea que dio el coordinador de Comunicación Social de Veracruz, Elías Assad Danini, durante su comparecencia -ante el Congreso local- no suena nada descabellada.
En palabras más, palabras menos, el funcionario yunista declaró que “muchos” quisieron hacer una “novela política” sobre la información que ocultaron, como los contratos de Javier Duarte que resguardaron casi dos años.
Lo que no terminó de aclarar Elías es a quién le mintió (si al Congreso del Estado o al Instituto Veracruzano de Acceso a la Información) ni por qué se negó a entregar la información sobre la publicidad oficial, los gastos realizados a su red social favorita: Facebook y la inversión realizada a Mark Zuckerberg. Como bien dijo una diputada local, un culto a la personalidad de su jefe porque de campañas y programas sociales nunca vimos nada.
En una comunicación oficial, el funcionario notificó al IVAI que no existían documentos sobre los recursos erogados en publicidad oficial los cuatro primeros años de Duarte, pero ante los diputados dio a conocer que en 2011 se gastaron mil 580 millones de pesos, en 2012 se destinaron 2 mil 500 millones, en 2013 un total de mil 717 millones y en 2014 se trató de 2 mil 747 millones, dinero que supuestamente la anterior administración despilfarró, sin aclarar de dónde toma esa información o cuál es el sustento.
Tras una disputa legal de casi dos años, funcionarios del gobierno de Miguel Ángel Yunes entregaron un total de mil 301 facturas emitidas solo entre el 2015 y 2016 por concepto de publicidad oficial y pagadas con recursos de diversas dependencias estatales.
De forma mensual, algunas empresas locales recibieron desde 50 hasta 950 mil pesos, mientras que medios nacionales llegaron a facturar desde 1 hasta 3 millones de pesos.
Además, se habrían destinado recursos a través de empresas “fachada”, sin registro ni trabajadores como Impulsora de Negocios Santa Elena S.A. De C.V y Comercial Ventoselo, ambas con dirección en Córdoba.
Es necesario que en México y en Veracruz se transite hacia una propuesta que transparente todos los convenios con medios de comunicación y los criterios para el pago de las facturas. Además, debe darse prioridad a portales digitales, periódicos, revistas, radiodifusoras y televisoras que realmente cumplan con su función social de informar de manera “imparcial”, con las obligaciones ante el SAT, IMSS e Infonavit, pero sobre todo con un pago digno, incluidas prestaciones, a sus trabajadores.
Si bien se cometieron excesos en el sexenio de Javier Duarte en el tema de publicidad oficial, no fue con todas las empresas periodísticas a las que “satanizaron” y “asfixiaron”… Mi teoría, ya como parte de la trama de esa “novela política”, es que ese era el objetivo. Hacer
una depuración para trabajar solo con algunos nuevos medios creados por panistas y con amigos que ya les habían prestado un servicio.
Comprender la historia reciente y por eso la insistencia de transparentar el quehacer gubernamental, puede ayudar a evitar los errores del pasado.
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