Accidentes de aviones los ha habido en todos los aeropuertos del mundo. Ahora mismo, cuando cayó un jet con lamentables fallecimientos en Veracruz, recordé que un enero de 1973, allí mismo en el Heriberto Jara Corona, cayó el avión que llevaba al líder de la CNC, tiempos de Echeverría, Alfredo V. Bonfil, esa nave se fue a pique cerca de La Antigua. En tiempos más cercanos, otro Jet que venía a Ciudad de México donde volaba el secretario de Gobernación, tiempos de Felipe Calderón, esa nave siniestró cobrando vidas que venían en el vuelo y otras más en tierra. Los accidentes de aviones tienen que investigarse. Hay un equipo, y eso lo vemos en la televisión, que cuando se genera un accidente, expertos de Estados Unidos llegan al lugar del siniestro en busca de la caja negra y escudriñan como buenos investigadores, cuál o cuáles fueron las causas de esos accidentes. Muy lamentable este que ocurrió en Veracruz. Descansen en paz, todos. Las tragedias asolan nuestro México lindo y qué herido. En El País me entero de otro fallecimiento de un empresario ligado a la campaña de Marcelo Ebrard, quien exigió a la Fiscalía de Guerrero, llegar a encontrar a los culpables, pues mataron a un empresario y a su hijo, y a su esposa la encontraron herida en la carretera Autopista del Sol de Acapulco, solo por querer robarles la camioneta. Estos malandros no solamente te roban, ahora te matan, porque saben que hay impunidad. Descansen en paz, también. Marcelo Ebrard tuiteó con tristeza: “Recibí la muy triste noticia del asesinato de nuestro compañero José Guadalupe Fuentes Brito y su hijo José Manuel. Su esposa quien viajaba con ellos también está herida. Demandamos a la Fiscalía del Estado intervenga de inmediato y este crimen, como todos los demás, sea esclarecido y los responsables llevados ante la justicia”. El presidente en su mañanera dio pormenores de esos asesinatos. Dijo también que lo de Veracruz, la caída del jet, “no se tiene mucha información, pero vamos a investigar”.
AHÍ VIENEN LOS OVNIS
Desde aquel primer caso de julio de 1947, cuando en Rosewall, un pueblecito americano de Nuevo México, corrió la leyenda de que cayó y encontraron el primer OVNI con todo y sus pilotos, unos hombrecitos pequeños, la historia de los objetos voladores no identificados fue un negar constante de las agencias americanas. Todas. El único que creía que si existió, ese y cientos de casos, fue el mexicano Jaime Maussan, que se dedicó por mucho tiempo a dictar conferencias con videos, donde tenía llenos, porque los objetos no identificados han sido un misterio. Algunos los llaman ‘platillos voladores’, como los que venden en La Parroquia veracruzana. Pero a cada capillita le llega su fiestecita y ahora los congresistas y el mismo gobierno americano ha asegurado que sí existen y hay evidencias, no solo de pilotos que se encontraron con ellos en pleno vuelo y, al querer alcanzarlos, los dejaban como Verstappen en Fórmula Uno, solo viendo las estrellas. Según esto, cuentan con una tecnología muy avanzada que rompe la velocidad del sonido y te dejan viendo visiones. Maussan ha vuelto a estar en los noticieros, ayer mismo el de Ciro con la conductora, Claudia Mollinedo, le entrevistó y Jaime explicaba lo que él siempre dijo. Que sí existen y allí andan, sin hacer daño, quizá solo viendo de mirones cómo vamos desgraciando todo aquí abajo en la tierra y habrán de decir, mejor de aquí vámonos. Esta historia to be continued, como dirían los gringos, esperemos más noticas que en estos días darán a conocer. Si usted ha visto alguno en su vida, hay que detallarlo y llamar a un teléfono americano, para contar sus peripecias. Yo nunca vi uno en mi caminar por las carreteras veracruzanas, lo más que supe era que en Tierra Blanca se aparecían unos llamados ‘Chaneques’, pero de esos jamás vi uno en mi vida, solo las leyendas que contaban los pueblerinos, y afirmaban que, con voltearse la camisa o la camiseta, se ahuyentaban. Cosas de los pueblos.
LA GRAN TORMENTA
El domingo cayó en Orizaba una tormenta atípica. Hacia años no habíamos visto llover así. Durante hora y media no dejó de llover un aguacero torrencial. Siempre hay daños, Protección Civil informó que hubo 38 viviendas afectadas y 10 vehículos y, afortunadamente, ninguna persona lesionada. Llovió a cantaros, diría un clásico, o un Chingo, diría Xóchitl Gálvez. Cuentan que la última vez que llovió así fue en el año 2013
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