Cuando Alito Moreno, presidente del PRI nacional, le dio vuelta a la banqueta y se pasó del otro lado a caminar, junto al poder que todo arrasa y todo quiere. Muchos de los ojos de los veracruzanos, que entienden un poco de política, estaban puestos en un personaje llamado José Francisco Yunes Zorrilla (Perote, 25 de septiembre de 1969), conocido como Pepe Yunes o Pepeyu. Alcalde de Perote, dos veces diputado, presidente del PRI estatal, senador de la República y una vez candidato a gobernador de Veracruz, esos ojos de políticos estaban puestos para conocer cómo votaría el buen Pepe. Pues ¿qué creen?, votó en contra de los designios y encomiendas del traidor. Ayer los noticieros nacionales explicaban que de los 150 y pico de votos en contra, uno había sido del diputado del PRI, que no le hizo caso a su líder. Subordinación total, había dicho el compadre de Layda Sansores, Alito, y Pepeyu le respondió: “Toma, para que entiendas”. El Pri-mor se salió con la suya. Falta que brinque el muro del Senado, que es un poco como el de Berlín. Allí tiene Alito a la mayoría en contra, liderados por Osorio Chong. Lo que necesitan es quitarle el partido, retirarlo de la dirigencia, que no es fácil, porque Alito tiene el presupuesto y el poner y designar a los y las candidatas. Trascendió por allí que, cuando vio el voto en contra de Pepe Yunes, Alito Moreno se acercó a decirle a Pepe: “¿Creí que querías ser gobernador?”. El traidor tañendo las campanas de las amenazas. Egresado del ITAM, este veracruzano decente, político de buen nivel, está, como muchos de los priístas en espera de saber si triunfan las traiciones o se van a otro lado, porque Alito no soltará el partido y la oposición, como ya lo explicó ayer Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, la oposición no quiere ni siquiera sentarse con él. Los traidores apestan. Hay de traiciones a traiciones. El que avisa no es traidor, pero este ni avisó. Fue corriendo a los brazos del secretario de Gobernación, y en el oído congresista vendió al partido, junto a su segundo de a bordo, un tal Rubén Moreira, par de traidores. “Chingona, chingonsísima”, le dijo en tribuna Alito a la diputada que presentó la iniciativa del nuevo amorío. Luego, según El Universal, se fue a cenar al Suntory de Las Lomas, con su dos de bastos, Moreira, a celebrar ese nuevo amasiato. Pura vida, diría Clavillazo. Ahora a ver qué opina el PRI de Veracruz, si se van a la traición o toman el carril de la decencia.
LOS PARQUIMETROS EN VERACRUZ
En Veracruz Puerto dirimen desde hace un buen rato, la concesión de los nuevos parquímetros, que se dieron hace años (15), en tiempos de Julen Rementería, que era el alcalde veracruzano y una empresa particular los operó durante añísimos. La concesión venció y le tocó a la alcaldesa Paty Lobeira de Yunes, tomar la decisión, junto a su Cabildo, de qué hacer con ellos. Los parquímetros, aunque son odiados por la población, son útiles en las ciudades, para el comercio que tiene la ventaja que se estacionen los compradores por un rato, pues cuando intentaban ir de compras a algún lado no había espacios libres. Los mismos comerciantes apartaban sus lugares y se quedaban por horas, en detrimento de sus clientes, que les iban a consumir. Por eso proliferaron muchos negocios particulares de estacionamientos, que cobran 15 pesos la hora. En Orizaba, hace muchos años que los parquímetros se operan con grandes resultados, con eficiencia y honestidad, cobran 5 pesos la media hora y 10 pesos la hora y la multa por falta de pago, si te pasas el tiempo, es de 289 pesos, que se pueden hacer en un Oxxo o 7/24, más 14 pesos de comisión; se puede pagar en las máquinas directamente y en la aplicación de parquimóvil, por celular descargas la aplicación, los trabaja directamente el ayuntamiento y se ingresan a las arcas municipales 1 millón 400 mil pesos mensuales, según declaro un regidor orizabeño al diario El Mundo de Orizaba, el municipio cuenta con 57 parquímetros y muchos cajones, da empleo a la gente que pone los cangrejos, que inmovilizan el auto, con ese dinero se van mejorando las calles y se fijan semáforos. Los domingos y días festivos, no se cobra. Córdoba es otra ciudad que los opera directamente. Años después, viendo los resultados de Orizaba, los hizo funcionar. Va a ser un buen ingreso a las arcas de Veracruz, sin tanta alharaca, porque no necesitan del Congreso y de su aprobación, pues los municipios son libres, según el 115 Constitucional. O sea que, adelante.
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