EL PAIS, ya se encuentra seriamente convulsionado. No hay manera de evitar un posible descarrilamiento nacional. La ciudadanía, se mueve nuevamente para defender al Instituto Nacional Electoral, un organismo garante de la democracia y en el cual confían la mayoría de los mexicanos.
Durante toda esta administración, se ha querido acabar con todo. Las instituciones han sido y siguen siendo el blanco de quienes tienen el poder, principalmente, del propio presidente de la república, que ya no ve la hora para poder descuartizar la estructura electoral del país, atacando sin miramiento alguno, precisamente, el mayor organizador de los eventos electorales.
Hay tensión política en todo el país y se advierte una movilización ciudadana, para el mes de febrero, con la finalidad de seguir enfrentando los constantes ataques de la cuarta transformación. Se piensa, que este movimiento podría ser mucho mayor al que se llevó a cabo en el año pasado y que fue una gran demostración del pueblo mexicano, de que hay un profundo interés por la defensa de las instituciones que le han dado certeza legal y política a los principios democráticos y valores ciudadanos en todo el territorio nacional.
La defensa del Instituto Nacional Electoral, nuevamente amenazado por el famoso plan B, el cual se despliega desde Palacio Nacional, será mucho más fuerte, debido a que la mayoría legislativa, es un bloque preparado, precisamente, para dejar hacer y dejar pasar.
Hasta ahora, la fortaleza política, derivada de la compra de conciencias, mediante los programas sociales, sigue siendo importante para quien gobierna el país y para quienes aplauden permanentemente los actos generados, desde la ilegalidad, para desmantelar todo aquello que no sirve para el proyecto político del presidente.
Sin embargo, una nueva revolución de conciencias, se apresta a defender los principios democráticos del país. Esto será en el mes de febrero, que comienza mañana, pero que durante el cual se augura un gran movimiento social que se prolongaría hasta la conclusión de los procesos electorales, tanto en los Estados de Coahuila y el Estado de México, como en los que seguirán en el dos mil veinticuatro, principalmente, los relacionados con la sucesión presidencial y en algunos Estados de la república, como es Veracruz, donde todo está que arde.
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MAL ANDA EL GOBIERNO DE VERACRUZ.
LA ESPUESTA DEL GOBIERNO de la entidad veracruzana, representada por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, a la presencia del secretario de gobernación, en días pasados, con inesperado proselitismo político, es algo que, al parecer, no se tiene noticia en la vida política de Veracruz.
Meterse con el secretario de gobernación, es meterse con el mismo presidente de la república, quien, finalmente, fue el que ordenó la movilización del secretario Adán Augusto López Hernández, por quien, todo hace suponer, que se decantará la determinación política de López Obrador.
La respuesta, además de política, fue grosera y más cuando se trata del mismo partido y de los mismos lineamientos políticos que se dictan desde una agenda presidencial. Venir a Veracruz, y hacer lo que hizo el secretario de gobernación, no fue idea ni mucho menos una propia iniciativa de quien funge como el número dos en el gobierno federal, tuvo que tener la anuencia presidencial y en eso nada tienen que discutir funcionarios menores, como en Veracruz, donde ya sienten cerca la lumbre, luego de faltan, solamente, un año diez meses, para la conclusión de esta administración estatal, con el riesgo de que Morena, pueda perder, incluso, las elecciones constitucionales del mes de junio del próximo año.
Mal anda, pues, el gobierno de Veracruz, pero de manera principal, quienes encabezan la administración y el poder, donde piensan que López Obrador, ya perdió el control político y comienzan, por lo tanto, a desobedecer las instrucciones políticas que, de alguna forma, se giran a quienes forman parte la estructura de Morena, en todo el país.
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NAHLE, NI CON CALZADOR.
LA ESPERANZA DE MÉXICO, o más bien, la esperanza de Veracruz, se esfuma para algunos actores políticos en la entidad veracruzana, que siguen soñando con llevar a Rocío Nahle, como candidata de Morena, a la gubernatura del Estado.
La zacatecana, no es bien vista en Veracruz, y mal harán quienes la promueven, tratar de meterla de lleno al proceso electoral, más cuando el mismo presidente de la república, bien les ha dicho que la senadora, con licencia, primero tiene que cumplir con su encargo de concluir la refinería de Dos Bocas, echarla a andar y comenzar la producción de gasolina.
Signos de corrupción se advierten en la construcción de este elefante blanco, así considerado por quienes tienen pleno conocimiento de lo que significa construir un proyecto de esta naturaleza. No será fácil para Nahle, poder cumplir su compromiso con el presidente y menos, que derivado de todo esto, pueda llegar a ser la candidata al gobierno de Veracruz.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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