YA HABÍAMOS comentado sobre el retorno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a la Casa Blanca y consecuentemente al gobierno norteamericano por segunda ocasión, pero ahora nos ocuparemos del otro retorno, es decir, el de los miles de mexicanos que podrían ser deportados en los próximos días a tierras mexicanas, entre los cuales tendríamos que contar, necesariamente, a muchos trabajadores veracruzanos que se encuentran como indocumentados y que por las nuevas disposiciones presidenciales van a ser detenidos por no contar con residencia legal.
El problema es enorme para el gobierno mexicano, quien ya ha dispuesto de medidas provisionales para atender esta emergencia, las cuales consisten en implementar programas de empleo y una aportación gubernamental de dos mil pesos para que puedan trasladarse a sus lugares de origen, siempre y cuando las amenazas presidenciales del país del norte, se cumplan cabalmente.
En Veracruz, la gobernadora Norma Rocío Nahle García, ha declarado que su gobierno se ha preparado para enfrentar esta crisis humanitaria, tratando, igual que el gobierno federal, de buscar la manera de poder ofrecer a los repatriados un empleo digno para que puedan subsistir con sus familias.
Esta bien, pues, que los gobiernos se preparen para resolver estos problemas, aunque se espera que la amenaza norteamericana, no llegue hasta los extremos, porque, antes que nada, seguramente que no consideraron que Estados Unidos necesita de la mano de obra de los inmigrantes, la cual, por cierto, es más barata para ellos.
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SIGUE SECUESTRADO EL TRICOLOR
AUN CUANDO LAS ELECCIONES municipales ya se encuentran, prácticamente, a la vuelta de la esquina, en el PRI, no mueven ni un solo dedo para entrar en la participación política de este proceso electoral. La razón en bien conocida, porque está ligada a una especie de secuestro político donde solamente los dirigentes esperan que les lleguen las posiciones plurinominales, las que se repartirían entre familiares de quienes se encuentran al frente de la dirigencia. Ya no se diga de las prerrogativas que hasta este momento las disfrutan, solamente, el presidente del Comité Directivo Estatal y su camarilla, protegidos desde los altos mandos de esta organización política venida a menos.
El PRI, ha venido muriendo poco a poco y ninguno de sus militantes ha hecho algo para poder detener su completa desaparición, dejando que la ambición política de unos cuantos personajes encabezados por el supuesto político de Paso de Ovejas, se sirvan de lo poco que queda del otrora poderoso partido tricolor.
De esta manera han dejado que un solo hombre, sin fuerza y sin ganas de trabajar mantenga secuestrada a la organización que hace unos cuantos años fuera orgullo de miles de políticos veracruzanos.
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SI LO DICE ALBERTO, HAY QUE CREERLO
ALBERTO ISLAS REYES, alcalde de Xalapa, aseguró recientemente que todos los recursos que la ciudadanía de esta ciudad, entrega al ayuntamiento a su cargo, se regresan a la sociedad, convertidos en obras y servicios, pues el compromiso de esta administración, es aplicar el presupuesto con eficiencia, transparencia y honestidad.
No se puede, de ninguna manera, dudar de sus palabras, porque es un hombre ampliamente conocido por ser honesto y trabajador, firme en sus decisiones para cumplir al pie de la letra con sus compromisos.
Por eso, reiteramos que, si lo dice Alberto, hay que creerle, porque busca hacer un gobierno que deje huella positiva entre los xalapeños.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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