CUALQUIERA de los candidatos a la presidencia de la república de los Estados Unidos, ya sea Kamala Harris, o bien el también ex presidente de aquella nación y ahora en la persecución de su segunda oportunidad para gobernar al país del norte, Donald Trump, serán un gran problema para la relación bilateral con México, en virtud de que en los últimos momentos de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, e incluso en el primer mes del gobierno de Claudia Sheinbaum, se dieron algunas manifestaciones de prepotencia de los personajes del gobierno mexicano, que no dejaron bien planchadas esas actitudes presidenciales con los estadounidenses, por lo que si gana Kamala Harris, una esperanza de Claudia Sheinbaum, no se estará totalmente seguro de que los acuerdos de comercio, de seguridad y los relacionados con el problema migrante, vayan a convertirse en una perita en dulce, porque si bien Kamala Harris, que sería también la primera mujer presidenta de los Estados Unidos, toma en serio su gobierno, como bien se sabe que lo hará, revisaría palmo a palmo lo que ha sucedido en los recientes meses entre el gobierno mexicano y el de los Estados Unidos.
Ahora bien, si gana Donald Trump, no hacen falta tantas explicaciones de lo que podría sobrevenir, en virtud de que bien se sabe que el empresario norteamericano, quiere poner su bota sobre México y establecer sus propias condiciones. Claudia Sheinbaum, es una mujer preparada en todos los temas, pero en lo que se refiere a la política exterior, parece que tiene problemas como los tuvo también Andrés Manuel López Obrador. Ahí, la responsabilidad de mejorar el entorno binacional, serían dos hombres clave, es decir, el secretario de relaciones exteriores y el de economía, con amplia experiencia en estos menesteres.
Sea quien sea el nuevo mandatario en los Estados Unidos, para México, representa un serio problema, porque el anterior gobierno y hasta lo que va de la presente administración estatal, han actuado frente al gobierno estadounidense con prepotencia, porque creen que el hecho de haber ganado las elecciones en México, con amplio margen, les ayuda para enfrentar un gobierno que tradicionalmente ha sido y sigue siendo de los países que dictan la agenda internacional y que, por lo tanto, todas las acciones que se lleven a cabo tienen que ser consensuadas con ellos, porque de ellos México, depende en gran medida, tanto por la relación comercial, como de seguridad, principalmente.
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KAMALA HARRIS, LA ESPERANZA DE CLAUDIA SHEINBAUM
YA LO HEMOS comentado que la presidenta de México, está más que confiada en que las elecciones norteamericanas sean ganadas por Kamala Harris, pensando, quizá, que siendo mujeres en el gobierno de dos países que comparten fronteras, se entenderán de buena manera. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que si Harris, gana, será la presidenta de los Estados Unidos, país que primero ve por sus intereses y después ya se verá que sucede con los demás países, entre ellos, México, que si bien son vecinos no quiere decir que el trato podría ser diferente, más cuando ya se tienen antecedentes de la actuación de los gobiernos de la cuarta transformación, que en determinado momento se han querido subir a las barbas de aquel gobierno.
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, pues habría, entonces que esperar los resultados de las elecciones de mañana cinco de noviembre en los Estados Unidos y después comenzar el trabajo del buen entendimiento si es que así lo quiere la presidenta de México, porque al parecer, ella sigue los lineamientos de su antecesor y jefe inmediato en lo político, por lo que todo podría suceder.
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COINCIDENIAS, COINCIDENCIAS, COINCIDENCIAS
MAÑANA CINCO DE noviembre, hay elecciones en Estados Unidos, en México se define la elección de jueces y magistrados de la Suprema Corte de justicia de la Nación, en una sesión plena, donde se votará el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara, así como en Veracruz, toman protesta los nuevos diputados locales.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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