El Covid-19 provocó algo que nunca había pasado en la historia, un cierre universal de los planteles educativos, según datos de la UNESCO, gobiernos de más de 200 países cerraron total o parcialmente los centros educativos, y cerca de 1600 millones de estudiantes de todos los niveles, se vieron afectados a nivel mundial, de igual forma más de 60 millones de docentes, tuvieron que cambiar radicalmente su proceso de enseñanza – aprendizaje, aprovechando las tecnologías digitales que permitieron el estudio y la interacción entre alumnos y maestros, así como el intercambio de materiales y evidencias de las competencias adquiridas.
Las proyecciones de la ONU apuntan a que casi 24 millones de alumnos de todas las edades podrían dejar la escuela debido a las dificultades socioeconómicas que nos dejó la pandemia.
Pero no todo es negativo, la pandemia se ha convertido en un catalizador para que las instituciones educativas y gobiernos estatales, busquen soluciones innovadoras en un tiempo corto, pero que sin duda quedarán consolidadas en beneficio de la sociedad, como el Programa Estatal de la Oferta Educativa (PEOE) de la Subsecretaría de Educación Media Superior y Superior, entre otros.
Paralelo a ello, el gobierno actuó facilitando la educación a distancia, utilizando radio, televisión, redes sociales, para que después los docentes pudieran complementar en línea. Los alumnos desde sus hogares, podían seguir sus estudios reduciendo el rezago educativo, que indudablemente se verá reflejado en los próximos años.
Pero la pregunta sería, cómo afrontar un regreso seguro a las aulas, implica tomar decisiones para ofrecer diferentes escenarios y hacer las cosas de otra manera a como se venían haciendo, sería ilógico ofrecer los mismos contextos a los alumnos y maestros, cuando la realidad ha cambiado radicalmente, es así que como primer punto sería desaprender viejos procesos y aplicar nuevos métodos para regresar paulatinamente a la educación presencial.
Este tránsito debe producirse de manera gradual y por supuesto deben prepararse los espacios necesarios tanto en infraestructura tecnológica como en el rediseño de salones de clases, laboratorios, adaptación de espacios multiusos y distribución de estudiantes por grupo de manera reducida ya que no podrán asistir todos los estudiantes al mismo tiempo, por ello se deben ofrecer diferentes situaciones de enseñanza y de aprendizaje en formato híbrido.
Suena fácil, pero es un proceso muy complejo y complicado, existen muchos modelos que se pudieran ocupar para el regreso a clases, como Hyflex (Hybrid Flexible), aula invertida, apuesta por la presencialidad total, por mitades, tercios… alternos, modelo de lista de reproducción, entre otros.
Sin duda este último año de contingencia ha significado tiempos de nuevos aprendizajes, de diseñar estrategias para la modalidad en línea que ha dejado cansancio, estrés, angustia, pero sin duda también buenas experiencias, nuevos modos de construir y promover el aprendizaje y ahora es momento de regresar con nuevos retos a la semi presencialidad. Seguramente hay una variedad de modelos híbridos para enfrentar los nuevos retos y el regreso a clases en modalidad semipresencial.
Sugerencias y comentarios. pelayofernando10@hotmail.com
Mtro. Fernando Pelayo Rebolledo
Lic. En Ciencias y Técnicas de la Comunicación
Maestría en Educación. |
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