En 2015 en el Congreso local veracruzano se presentó una iniciativa de reformas cuyo propósito central consistió en acoplar la elección de gobernador en 2018 con la de presidente de la república. Para ese efecto debía reformarse la constitución en su artículo relativo a la elección de gobernador, que sería en 2016 cuando concluiría el periodo de Duarte de Ochoa (2010-2016). Para el ajuste referido el siguiente periodo de gobierno debía ser de solo dos años, mismos que le correspondió desempeñar como gobernador a Miguel Ángel Yunes Linares de 2016 a 2018. Con esa reforma el gobernador de Veracruz electo en 2018 entraría en funciones el mismo año que el presidente de la república, de esa manera se ahorrarían recursos públicos en el gasto electoral. Esa es la razón por la cual los programas de gobierno federal pueden coincidir en consonancia con los programas estatales en función del recurso público disponible. Lamentablemente, en el caso de Cuitláhuac García y de López Obrador siendo del mismo partido ambos gobernantes, la entidad veracruzana no recibió beneficios tangibles que impulsaran su desarrollo social y económico. La ineptitud, la corrupción, fueron las causas principales de ese proceso de irreversible retraso para Veracruz.
Ya transcurrió un año de ejercicio gubernamental de la sucesora de Cuitláhuac García en Veracruz, Rocío Nahle, y de la presidenta Sheinbaum, puesto en su justo contexto, el legado que ambas recibieron es semejante a pesado fardo de expedientes incumplidos, inseguridad, violencia, pírrico crecimiento económico, infraestructura en irresponsable abandono, y de abono, la corrupción y la impunidad desplegadas en bochornosa amplitud. La evaluación no presenta números para el halago, fue un primer año bastante difícil para ambas esferas de gobierno. Ya conocemos el monto presupuestal que ejercerá el gobierno federal y el gobierno estatal veracruzano, en el primero destaca la prioridad a los programas sociales, poco o no lo suficiente para infraestructura carretera. El gobierno estatal ejercerá el próximo año177 mil 408 millones 439 mil, dos mil más que en 2025, tendrá que aplicarse para evitar el absurdo subejercicio en materia de obra pública, pues en 2025 le es aplicable el refrán de “cuando hay carne es vigilia”, de nada sirve contar con presupuesto si éste no se ejerce con responsabilidad y eficiencia. Queda al criterio del secretario de Turismo de permanecer en esa dependencia a la cual se le asignan solo 90 millones de pesos, cuando en 2025 tuvo a su alcance 509.8 millones, una disminución de 419.8 millones, o sea una drástica reducción del 82.35 por ciento. En realidad, si una administración pública se desempeña con eficacia y eficiencia el dinero se reproduce, claro, mientras la corrupción no empañe la suma de los esfuerzos, porque entonces cualquier diagnostico impedirá el optimismo. |
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