Cuenta Heródoto que Creso, rey de Lidia, ufanándose de ser un gobernante rico y poderoso tuvo recelo de Ciro, el rey persa cuyo ejercito conseguía triunfos e iba agrandando su poderío. Creso hizo alianza con los Lacedemonios para combatir a Ciro, no escucho Creso el consejo de uno de sus sabios asesores quien intentaba disuadirlo de emprender aquella aventura contra el rey persa argumentándole que las riquezas de Lidia eran superiores a las de otros reinos e iba a emprender una guerra contra quienes comían solo lo que encontraban, mientras en Lidia los satisfactores eran abundantes, de ganar la guerra poco se obtendría, de perderla todo se perdería. Se impuso la soberbia de Creso, quien emprendió la embestida contra Ciro, quien resultó el vencedor. Heródoto narra que Ciro perdonó a Creso y lo incorporó a su servicio durante el largo periodo del dominio persa con sucesores de Ciro. La Historia Universal, la historia del hombre, es rica en mitos, también en mensajes de tono críptico como tarea para interpretar hechos que marcaron épocas.
Paréntesis aparte, lo de actualidad versa sobre la participación de los Estados Unidos en la guerra entre Irán e Israel ¿era necesario ese abrupto bombardeo contra Irán? la respuesta debiera acompañarse con información de primera mano, a la cual solo tienen acceso los privilegiados de la información de inteligencia. Pero ahora el gobierno de Trump tiene la encomienda adicional de buscar el respaldo internacional de países “amigos”, “el momento de tomar una decisión es ahora”, dicen en el Departamento de Estado a los países de la OEA, México incluido. ¿Está Trump como en su momento habría estado Creso? Porque si bien su poderío militar y armamentista es incomparablemente superior al de Irán, nada garantiza que no se repita aquel periodo de cruel terrorismo implementado por Osama Bin Laden. Solo Trump sabe el motivo de su violenta intervención en Irán, algún día se conocerá. Por ahora el mundo camina al filo de la navaja. |
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