La Carta Magna de México establece el principio de División de Poderes para robustecer el espíritu democrático de nuestro sistema político, si bien en la realidad no esta consolidado es, sin embargo, un paradigma a seguir. En teoría, ninguno de los tres Poderes que integran el gobierno de este país debe estar por encima del otro, aunque históricamente está comprobada la supremacía del titular del Poder Ejecutivo sobre el Poder Legislativo y el Poder Judicial, a nivel federal, y por extensión así acontece en las entidades federativas. Con la reforma al Poder Judicial está en la expectativa saber si el nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia por el hecho de haber sido electo adoptará una actitud de genuina autonomía ante el Poder Ejecutivo, porque en este país la dicha reforma encuentra su génesis en una ceremonia celebrada en el Teatro de la República de Querétaro cuando la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, no se levantó de su asiento a la llegada del presidente López Obrador, a quien ese gesto del tú por tu no agradó y enfurecido buscó la forma de devolver la “cortesía” en el modo de una reforma para darle “al pueblo” la oportunidad de decidir quienes integrarán al nuevo Poder Judicial, acordeones de por medio, por supuesto. Con esa conformación diferente a la tradicional estructura del sistema político mexicano, ahora que los tres poderes emergen de una elección popular ¿acabará la dependencia respecto del Poder Ejecutivo? El tiempo lo dirá, porque en ese nuevo contexto cabe la oportunidad de una alianza política entre dos poderes para hacerle la vida de cuadritos al otro.
Esa nueva configuración, decíamos, acarrea consigo situaciones inéditas, como sucede en nuestra entidad donde Rosalba Hernández, haya sido como haya sido, obtuvo mayoría de votos para encumbrarse como presidenta del Tribunal Superior de Justicia, pero algunos de sus competidores se adelantaron para designar a quienes manejarán el presupuesto de ese poder, una decisión que deja al margen precisamente a la titular del Tribunal Superior. Con chicanas jurídicas o no esa es la primera prueba que antes de asumir la magistratura ya tiene Rosalba Hernández, quien ha declarado que su relación con la gobernadora Rocío Nahle hasta ahora no es de cercanía, pero que habrá coordinación entre Poderes. Ya está más próxima la fecha de la Asunción de nuevos integrantes del Poder Judicial, sobre cómo vaya a ser su desempeño lo podremos observar a través de sus acciones, pero vale la experiencia de la magistrada Norma Piña, cuyo gesto arriba anotado, para bien o para mal, marca un hito en la historia de este país. |
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