Andi Uriel Hernández Sánchez
Son varias las lecturas que pueden sacarse del arrollador triunfo de Morena y sus candidatos en las pasadas elecciones del 2 de junio, que como en los triunfos del priismo hegemónico y la “presidencia imperial” se llevaron el carro completo. Sin embargo, para el líder nacional del Movimiento Antorchista, Ing. Aquiles Córdova Morán, son cuatro las razones principales. Así lo explicó en el reciente Homenaje a los Mártires Antorchistas este 9 de junio en Tecomatlán, Puebla:
1) A la entrega masiva de apoyos monetarios -más de 28 millones, según cifras oficiales-, en conjunto con la amenazas de dejar de dárselos a adultos mayores y discapacitados si no votaban por Morena y sus candidatos; 2) A la campaña anticipada e ilegal que implementó Claudia Sheimbaum mediante recorridos por el país y propaganda masiva difundida por la burocracia y los servidores de la nación; 3) A la falta de oposición, la cual representaba a la extrema derecha y no presentó un plan de gobierno que refuta con cifras al gobierno morenista; y 4) A las promesas de construir un “segundo piso de la 4T”, con promesas falsas y sin ningún sustento en la realidad y que sólo han dejado a México en una situación de mayor pobreza.
Sobre los dos primeros factores ya se ha escrito y se ha dicho mucho en los recientes días, pues es claro que el triunfo de Morena fue producto de una elección de Estado, planificada y orquestada con muchos años de antelación, teniendo como coordinador general de esta campaña al propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, no se alcanza a ver una autocrítica seria de los partidos de oposición que, como bien dice el Ing. Córdova Morán, fueron incapaces de contrarrestar los dichos y las acciones del gobierno lopezobradorista y no pudieron presentar un proyecto de gobierno que fuera coherente y convincente para los mexicanos, sobre todo, para aquellos de clase trabajadora, quienes son la inmensa mayoría del país.
Los resultados electorales son muy elocuentes en cuanto a la pérdida de confianza del pueblo de México para con los partidos tradicionales de la oposición. El PRD obtuvo menos del tres por ciento de la votación válida emitida y ha perdido su registro como partido político; el PRI apenas sobrepasó los 5 millones de votos, frente a los casi 8 millones que obtuvo en la elección presidencial de 2018 y el PAN, que conservó sus 10 millones de votos, cada vez se inclina más hacia la extrema derecha.
Sin embargo, el Ing. Aquiles Córdova fue muy enfático en decir que el “segundo piso de la Transformación” que prometió Claudia Sheinbaum tampoco cumplirá las promesas de mejorar de fondo las condiciones de vida de los sectores populares del país, entre otras cosas, porque tampoco cuenta con un proyecto de gobierno que explique cómo y de dónde su gobierno recabará los recursos públicos necesarios para financiar los cada vez más abultados programas sociales y las grandes obras que el presidente López Obrador le heredará a su gobierno.
Y es que actualmente el déficit fiscal del gobierno federal ya es de más de medio billón de pesos, un mundo de dinero, que hace falta para costear el sistema de salud, mejorar la educación, promover la construcción de obras y servicios de beneficio colectivo en los pueblos y colonias y combatir la terrible inseguridad que ha provocado el asesinato violento de casi 200 mil mexicanos en lo que va del sexenio.
El líder nacional antorchista ve un grave problema en esta situación, pues llegará el momento en que el gobierno mexicano no tendrá ni siquiera dinero suficiente para costear los programas sociales y mucho menos para invertir en obra pública y en los servicios elementales que necesita la gente y, por lo tanto, se agudizaron los recortes presupuestales al gasto social, trayendo como consecuencia un agravamiento de las condiciones de vida del pueblo pobre. Poca gente conoce por ahora la gravedad de este problema y, por ello, creen ciegamente que los programas sociales y el reparto de dinero será eterno, pero esto no es posible.
La solución a este enorme problema está en cobrarle más impuestos a las familias más ricas de México, a los cerca de 1 millón de multimillonarios que viven en el territorio nacional para que contribuyan con más recursos al erario público, pues sus fortunas son resultado del trabajo de millones de mexicanos trabajadores. Cobrarles más impuestos a los ricos, es una medida que instrumentan países de primer mundo como Dinamarca, Suecia, Canadá o China, sin embargo, en México el presidente López Obrador se negó a tocar estas fortunas durante sus 6 años de gobierno y todo indica que la nueva presidenta electa hará exactamente lo mismo.
Esto quiere decir que la situación de carencias y falta de soluciones que vive el pueblo de México será más aguda y más lacerante durante el sexenio que iniciará oficialmente el 1ª de octubre y de esto se desprende la necesidad de formar una gran fuerza social, organizada y politizada, que pueda hacerle frente a los abusos y atropellos del poder. Una seria, firme y combativa oposición política que no tenga su origen en las cúpulas partidarias ni empresariales del país, sino en lo más profundo y genuino de las clases trabajadoras de México que somos la inmensa mayoría.
Una oposición política inteligente que no se dedique a descalificar a la presidenta en turno ni a lanzar críticas superficiales y oportunistas a los errores de su gobierno, sino que sepa encauzar las demandas populares, las represente, las defienda en las calles y en las plazas públicas y, más importante aún, sea capaz de formular frente a los mexicanos humildes un proyecto de Nación claro y verdaderamente viable, en el que se recojan y defiendan los intereses de los más vulnerables del país.
El Ing. Aquiles Córdova Morán ha repetido en muchas ocasiones que los antorchistas pretendemos luchar por el poder político del país usando la vía democrática, que pronto nos convertiremos en un partido político con registro nacional, sin embargo, también ha sido enfático en señalar que no lo haremos para hacerle el caldo gordo a la política democrática-burguesa y, mucho menos, para ser un partido más de los que viven a costa del erario público para beneficio de sus cúpulas dirigentes.
Lo que México necesita es un partido de oposición verdaderamente popular, que sólo puede construirse con un intenso trabajo de agitación y propaganda política entre las clases trabajadoras, así como a través de la lucha organizada en las calles y en las plazas. Para que en medio de esa intensa lucha destaquen los hombres y mujeres más buenos, que sean quienes eventualmente se conviertan en los dirigentes de este movimiento y en los genuinos representantes del pueblo en el gobierno. |
|