Andi Uriel Hernández Sánchez
A tan solo una semana del fin oficial de las campañas electorales para la gubernatura de Veracruz, es muy claro que hay una segura perdedora: Norma Rocío Nahle García, la candidata de Morena que comenzó su actividad proselitista presumiendo más de 20 puntos porcentuales en la intención del voto por sobre sus competidores, pero cuya caída actual en el ánimo de la mayoría de los veracruzanos ya es prácticamente irreversible.
La candidata de Morena y partidos satélites no pudo explicar nunca el origen de su millonario patrimonio, solo negó reiteradamente que existiera, a pesar de las fotografías, copias de escrituras públicas y otros documentos legales que se hicieron públicos a través de diversos medios, hasta donde se sabe posee propiedades inmobiliarias y cuentas bancarias por más de 200 millones de pesos y existen por estos hechos más de 40 denuncias penales y procedimientos administrativos ante la Fiscalía General de la República y la Auditoría Superior de la Federación. Instituciones que hasta el momento no han realizado ninguna acción, seguramente como resultado del control que el gobierno federal morenista ejerce sobre sus titulares.
Rocío Nahle tuvo los foros y muchos momentos para esclarecer y desmentir su presunto enriquecimiento ilícito, pero no lo hizo, únicamente negó los hechos a pesar de la extensa evidencia. No hay forma de ocultar el hecho de que su actual fortuna la amasó durante los años que fungió como secretaria de Energía en el gobierno del presidente López Obrador y fue responsable de la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco.
Por estas razones, en la mente de millones de veracruzanos se ha fijado con mucha fuerza la convicción de que Nahle García es una mujer con mucha ambición de dinero y poder, una funcionaria corrupta que ha utilizado los puestos públicos que ha ocupado para acrecentar su riqueza personal. Y sea cual sea el resultado de la elección del próximo 2 de junio, esta será una idea que no se borrará fácilmente de la mente de los veracruzanos.
Rocío Nahle García también arrastra el flagelo de la ineficacia, precisamente porque como responsable de la construcción de la refinería de Dos Bocas, sus resultados fueron muy malos debido a que no pudo concluir esta obra y hasta la fecha continúa sin producir gasolina, tal como se había comprometido. Es importante recordar que dicha obra fue bastante costosa y los gastos para construirla se dispararon a más del doble de lo que estaba originalmente programada. Rocío Nahle, al inicio del sexenio se comprometió a poner en pie una nueva refinería con un precio de poco más de 8 mil millones de dólares, sin embargo, ya se han gastado más de 16 mil en su edificación y se espera que cuando finalmente esté concluida su precio sea superior a los 20 mil millones de dólares.
La refinería de Dos Bocas era un ambicioso proyecto de infraestructura energética destinada a lograr la tan anhelada soberanía energética que tanto añora el presidente López Obrador. Algo que no se cumplió en el sexenio actual, pues México continúa comprando buena parte de la gasolina que se consume en el país desde el extranjero.
Según el diario especializado El Economista en su edición del 4 de enero, durante el año 2023, más del 63% de combustibles que comercializa Pemex, provino de importaciones desde el extranjero, lo que significa que en la actualidad nuestra dependencia energética es mucho mayor que antes del sexenio del presidente López Obrador y no hay duda de que Rocío Nahle García es responsable de ello.
Así pues, la candidata de Morena no pudo ni podrá sacudirse los señalamientos por corrupción e ineficacia que la convierten en una muy mala opción para gobernar Veracruz. Los veracruzanos están en contra de soportar otros 6 años de un mal gobierno, como el que resultó ser el de Cuitláhuac García Jiménez, un gobierno totalmente incapaz para resolver las demandas más sentidas de la gente, lleno de escándalos de corrupción y enriquecimiento de altos funcionarios de la administración y, sobre todo, un gobierno represor y autoritario que utilizó las instancias judiciales para perseguir a sus críticos y opositores. De nada le sirvió a Nahle intentar distanciarse del mal gobierno de García Jiménez, igualmente perdió la campaña, perdió el posicionamiento, si alguna vez lo tuvo, y está a punto de perder la elección del 2 de junio.
Este hecho, su derrota total en la intención del voto, es lo que tiene muy desesperados y preocupados a los morenistas que aún tienen el poder del gobierno estatal, de ahí el intento tan absurdo de tratar de sabotear el evento que Pepe Yunes, candidato de la oposición, tuvo con productores agrícolas el pasado domingo en Yanga. La descarada intervención de Transporte del Estado para intentar frenar los autobuses que se dirigían al evento, es una muestra de total desesperación.
El represor gobierno de Cuitláhuac García nuevamente enseñó el cobre y con ello sus operadores demostraron que están dispuestos a lo que sea, incluso a violar la ley, con tal de retener el poder del gobierno estatal. Esto no es novedoso, los antorchistas nos contamos entre los primeros que sostuvimos desde el inicio de la administración que los morenistas, una banda de ambiciosos de dinero y de poder, estarían dispuestos a todo con tal de mantenerse encumbrados y sus acciones recientes continúan dándonos la razón.
Por esto, los antorchistas de Veracruz, quienes no queremos otros 6 años de mal gobierno, debemos tomar todas las precauciones y medidas necesarias para vencer todo intento de los morenistas de robarse la elección, debemos asegurarnos de ir a las urnas a emitir nuestro voto de forma libre y razonada y asegurarnos también de que todos nuestros vecinos, familiares, compañeros de trabajo y amigos acudan a las casillas desde temprano para sepultar con nuestro voto este mal gobierno y cortarle las alas a la corrupta Nahle. Es una tarea muy importante, de primer orden, en el que debemos dar muestra de nuestra organización y educación política.
Rocío Nahle tiene perdida la campaña electoral, pero aún falta hacer que pierda la elección el 2 de junio. No nos confiemos ni lo olvidemos. |
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