Por Ángel Lara Platas
La tendencia de la ropa rota y desgastada, no es simplemente una moda resultante de estrategias de marketing. Tiene otras implicaciones como las de carácter emocional.
Quienes convirtieron la ropa desgastada de las personas que se dedican a trabajos rudos, en una moda internacional, vieron un nicho de mercado en las situaciones emocionales de gran parte de la población.
Este dato fue capitalizado por los impulsores de esta moda, para diseñar estrategias mercadológicas a fin de convertir en clientes potenciales a personas de todas las edades, inclusive, niños.
La estrategia les ha dado a los empresarios inmedibles ganancias.
Aunque esta moda inicia con los pantalones de mezclilla con una rotura debajo de la rodilla, es en la década de los ochenta cuando la firma italiana Dolce & Gabanna presenta en uno de sus desfiles, esta tendencia de los pantalones descocidos y rotos.
La mencionada firma le da un importante impulso al uso de este tipo de ropa, logrando conquistar el gusto de las clases medias y altas de diferentes países.
Ha sido tan extensa la aceptación de esta extraña moda, que algunos especialistas se dieron a la tarea de investigar los motivos por los cuales la gente está sustituyendo su guardarropa por estas prendas.
Las conclusiones pueden sorprender a quienes se tienen la misma curiosidad. Resulta que, las prendas rotas aparte de simbolizar abandono, dejadez, desequilibrio emocional o daño sentimental, también pueden asociarse con el dolor espiritual colectivo. Difícil de creer, pero el fenómeno de esta singular moda lo puede justificar.
La tendencia de la moda desgastada es una de las más usadas y consumidas a lo largo de las últimas décadas. Más allá de la polémica de presentar ropa rota, con hoyos o con una apariencia usada, vemos que la reflexión podría llevarnos a un distinto lugar.
Estudiosos de los comportamientos sociales han centrado su atención en los motivos, convencionalmente ocultos, que han llevado a la gente al uso masivo de ropa rota, a pesar que contradice los estándares tradicionales de belleza y cuidado personal. Se habla que resulta preocupante el grado de manipulación utilizando los sentimientos de las personas.
Este esquema podría trasladarse a la cancha política, donde podrían diseñarse estrategias para que los ciudadanos aceptaran cosas que convinieran a las élites políticas. Es decir, que pudieran aceptar, complacidamente, cualquier tipo de decisiones políticas que determinen los gobiernos, para bien o para mal. |
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