Las campañas electorales son el conjunto de actividades para cortejar a los electores a fin de ganar su voto.
Las campañas políticas se inventaron para que fuera una mayoría representativa y no una pequeña élite política, la que decidiera quienes debían ocupar los puestos de elección popular.
La parte fundamental de las campañas es, a través de los discursos, dar a conocer los programas de los candidatos y los ideales del partido.
El modelo de campaña que a la fecha continúan realizando todos los partidos políticos, es el que creó el Partido Revolucionario Institucional hace más de setenta años.
El modelo resultaba novedoso y daba resultados porque había pasión y orgullo. La gente acudía a las plazas públicas a apoyar a sus candidatos de manera voluntaria, y recorría las calles enarbolando las banderas del partido que
Con el paso del tiempo, los partidos políticos fueron perdiendo el apoyo masivo de la gente, y las campañas no se actualizaron, no se adaptaron a las nuevas realidades y exigencias de los ciudadanos.
En la actualidad, los partidos políticos siguen utilizando el mismo modelo de campañas sin analizar seriamente que el formato ha dejado de ser atractivo para la gente.
Ni los partidos políticos ni las instituciones electorales, se han preocupado por hacer estudios de las campañas políticas para determinar que es lo que ya no funciona; por cuáles otras actividades deben sustituirse las utilizadas por tan solo por imitación.
Es una realidad que las campañas políticas están totalmente desapegadas y apartadas de la base social. Están retomando modelos de comunicación de Estados Unidos, o de otros países que nada tienen que ver con el nuestro. Son cansados y muy trillados.
Es importante que se actualicen y modernicen. Deben dirigirse a una sociedad con particularidades muy precisas, con características muy exactas, como es la nuestra, que las diferencien del resto del mundo.
Los mensajes no deben ser generalizados; deben ser específicos: uno para los jóvenes, uno para las mujeres, uno para los adultos mayores, uno para los empresarios, uno para los trabajadores.
Las campañas políticas actuales no contienen propuestas ni planteamientos ideológicos. Rondan en torno a las características carismáticas de los candidatos o candidatas. Dejan en un segundo término exponer sus programas de gobierno y sus ideas.
Las campañas están repletas de información banal, en donde lo importante es la vida personal, la imagen, el escándalo, las propuestas engañosas, pero popularmente atractivas.
Las empresas de marketing lo que venden es el cultivo del ego de los candidatos o candidatas. Se ocupan de lo físico como si fueran estrellas del espectáculo. Los enseñan a actuar frente a las cámaras, lucir creíble, honesto; más que a formular un programa político. Las empresas de márketing explotan la promoción de candidatos que ofrecen solucionar problemas, en lugar de buscar un rasgo ideológico que lo distinga.
La compra del voto se ha venido intensificando en los últimos treinta años, hasta convertirse en una práctica común. En cada elección las campañas son más caras.
Por ello la urgencia, para bien de la democracia, de optimizar los procesos de cortejo a los electores, y que resulten ostensiblemente más baratas.
#angel.lara.platas |
|