ES CURIOSO, pero el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, reconoce ahora que ya no está en condiciones óptimas para seguir gobernando al país, cuando en realidad, este problema lo viene padeciendo desde el momento mismo en que tomó las riendas del gobierno de la nación, lo que demostró plenamente con sus primeras acciones entre las que se encuentran la cancelación del proyecto más importante que estaba por concluir relacionado con el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, ubicado en la zona de Texcoco. Ese fue el primer error cometido al iniciar su administración, con lo que evidenció claramente lo que sucedería en el futuro con las obras que ahora se dice son “insignia” de su gobierno, que, a decir verdad, han sido monumentales fracasos con el consiguiente tiradero de recursos públicos, propiedad de todos los mexicanos.
Cuando le falta un año diez días para concluir su administración federal, se viene dando cuenta que está chocheando, es decir, envejeciendo, debilitándose seriamente y profundamente decaído, con lo que reconoce también que está cayendo en plena caducidad, que ya no tiene los alientos suficientes para poder gobernar a este país que tanto necesita del vigor de sus representantes para salir adelante en estos precisos momentos de grandes dificultades en todo su territorio.
López Obrador, ha estado chocheando desde el primer momento en que le impusieron la banda presidencial, al grado de que sus primeras instrucciones como mandatario nacional, fueron las de un hombre evidentemente cansado, sin ganas de ver por las necesidades del país y concretándose, solamente, a ejercer su gobierno y administración desde una tribuna instalada en su palacio, donde lo menos que ha hecho es gobernar con inteligencia, prudencia y paciencia, sabiendo de antemano los grandes problemas que padecía y padece la nación.
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NO, SEÑOR GOBERNADOR, ASÍ NO ES LA COSA
SUCEDE QUE EL TITULAR del poder ejecutivo del Estado, Cuitláhuac García Jiménez ha declarado que no pedirá la renuncia de quienes, en la entidad veracruzana, siendo funcionarios de su gobierno, aspiren a buscar la candidatura de su partido político. Asegura y se justifica que esa ha sido una decisión de la dirigencia nacional de Morena y que, por lo tanto, en la entidad, también tiene que ser del mismo modo.
Se le olvida al Gobernador del Estado, que Morena es solamente un partido político y que ninguno de sus dirigentes tiene la capacidad legal ni las atribuciones necesarias para determinar si un funcionario público debe o no renunciar a su cargo, porque de no hacerlo es atentar contra el patrimonio de los veracruzanos, porque se entiende que, al no separarse de sus respectivos cargos, seguirán cobrando en la nómina hasta que a su partido político se le antoje.
Desde cuando un partido político como Morena, puede dar estas instrucciones a sus militantes, invadiendo atribuciones oficiales y ejerciendo un poder constitucional que no le corresponde y menos cuando se trata de desvío de recursos, pues así lo contempla ley.
Los que aspiren a una candidatura y hagan uso de los tiempos de su responsabilidad oficial, tienen, forzosamente que renunciar para no caer en la comisión de algún delito como es el señalado ya de desvío de recursos.
¿O, es que acaso, también en Veracruz, no les vengan con que la ley es la ley?
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DOS VERACRUZANOS, PODRÍAN DISPUTAR EL “OSCAR”
DOS VERACRUZANOS, el fotógrafo César Chiquito y el especialista en sonido en el cine, Rafa Gepel Arcos, podrían disputar el “Oscar”, en su próxima edición con el documental denominado “Hasta encontrarlos”, luego de ser premiado por los Student Academy Awards, con lo que se convierte en elegible para competir por los premios “Oscar” 2024.
Uno de los participantes en este cortometraje, Rafa Gepel Arcos, es hijo del reconocido profesional de la música Carlos Darío Arcos Omaña.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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