“Un soldado en cada hijo te dio”. Ganó México. Los mexicanos nos ensanchamos. Demostramos que la corrupción no es cultural, como lo decía el primer priista, porque votamos en contra de ella. La mitad de la población, salió a pulverizar al viejo y caduco sistema de partidos, los políticos soberbios, corruptos y los gobiernos espurios. No más. Era inaguantable. Cuando se esperaba un fraude mayor, un golpe de estado, una traición de las instituciones electoreras todo cambió. Las largas filas, a temprana hora de cientos de miles de ciudadanos formados para emitir su voto. La vigilancia, el orden, el respeto en la mayoría. Saldos menores. Madurez política de los perdedores, que en la batalla de los debates y fuera de ellos, le dijeron de todo a un candidato, que parecía lento, cándido, cansado y hasta se burlaron de su edad. Ese mismo que para sorpresa de propios y extraños, se alzó como el presidente más votado de la historia del país y ofreció un escenario no visto en la contemporaneidad. El nuevo presidente de México, vitoreado por la mitad de los sectores sociales del país. La fe y esperanza triunfo, frente al fatalismo y la negatividad, que sus contrincantes se encargaron de propagar para infundir miedo. *** Con toda imparcialidad -ya comentada otras veces- Andrés Manuel López Obrador llegó, después de muchos años de trabajo político y dos robos de la presidencia. No se rindió y continúo enfocado en su proyecto. Necedad, para algunos. Para cientos de miles de sus seguidores, un derecho válido a un proyecto de gobierno. No es cambio de partido sino de régimen. Expuesto como nunca, esa sociedad que lo llevó estará pendiente que su administración cumpla con sus promesas de campaña. Los mexicanos demostraron madurez y poder. Los ciudadanos en una fiesta, lejos del miedo y las amenazas decidieron. Tenemos ya que dejar la enjundia y buscar la tranquilidad. Esperar los tiempos mejores, pero pendientes de que todo marche en beneficio de la nación. No permitiremos un engaño más. No es el nuevo gobierno el cambio, la transformación es de nuestro gran país y sus valiosos habitantes. Lo demás ya tiene registro. *** En verdad es bueno serenarse. Las perdidas traen shoks impactantes, se entiende, pero hay que saber reconocer, esperar, exigir que se administre bien. Fueron muchos años de administraciones espurias, que corrompieron todo y se llevaron nuestro
bienestar. México es un gran país y vale la pena vivirlo en toda su grandeza, recordando que los mexicanos somos los salvaguardas. ¡Viva México! *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima. |
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