VIRGINIA DURAN CAMPOLLO
Llegó el momento de la reconciliación. Estrechar abismos que abren los gobernantes irresponsables, con su mezquindad. Los mexicanos debemos estar al margen de eso. Unidos como siempre. Cuando los terremotos, donde no hubo distinción de clases. La mezcla uniforme de los sectores sociales en uno. Donde los vecinos salían con cobijas, comida, medicina, agua y recorrían calles y avenidas. Palabras de aliento y mucha misericordia, para las víctimas. Así ha sido siempre. México es más grande que sus tragedias, cualesquiera que sean. Hoy mismo la ciudadanía vuelve a dar la pauta, rebasando a las autoridades, con la pandemia del Covid 19. Los que desde antes que los gobiernos actuaran, se empezaron a quedar en casa y utilizar los utensilios de prevención. Que no van por una cuarentena sino por dos. Quienes buscan la manera de estar bien en su encierro y construir los puentes virtuales con familiares, amigos, vecinos. Un gran panal de abejas, trabajando cada uno en su sitio, aportando lo que pueden. *** Un fenómeno interesante, es que se crearon empresas caseras. Con máximo control sanitario, se ofrecen servicios diferentes como alimentos, mascarillas, cubre bocas, etc. Los vecinos apoyan en la compra de los mismos. El encierro, en muchos casos, ha fortalecido la unión familiar y en la cercanía o lejanía, se está pendiente de la salud de sus integrantes. Los jóvenes se han vuelto más responsables, porque saben que las dádivas regaladas son efímeras. Tienen un poco más de conciencia y aportan lo que pueden. Los moradores de colonias, fraccionamientos, unidades habitacionales están alertas y a través de los chats se advierten de algún extraño pues los robos a casa habitación y transeúntes es imparable. La clase trabajadora, que paga impuestos y que se ha visto muy afectada por el desempleo, los despidos injustificados. *** Hay que recordar que los regímenes pasan, tarde que temprano, y que los ciudadanos y descendencia se queda. Que los gobiernos no generan dinero y administran el nuestro para su beneficio. No nos enganchemos con credos, religiones, partidos, fanáticos. Luchemos por nuestra libertad absoluta y busquemos salir adelante aunque sea todo tan incierto. Quien tenga oídos que oiga y ojos que vea. No podemos violentarnos entre hermanos. Todos somos iguales pobres y ricos. Nadie va
acabar con la pobreza, pero sí con el dinero en su supuesto combate. Grandes hombres han sido muy pobres en el origen de sus fortunas, que por lo regular adquieren a través de esfuerzo y mucho trabajo. Encontremos la paz que tanto necesitamos, para nuestra salud física como emocional. Asimilemos las lecciones que nos ha traído esta desgracia y veamos a los muertos con piedad, pues podemos ser uno de ellos. Abracemos el sufrimiento y observemos el futuro con valor. México es más grande que sus desdichas y sus gobiernos fallidos. *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima. |
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