VIRGINIA DURAN CAMPOLLO
Xóchilt sí esta tropezando. “Cayendo y levantando fue mi vida” dice una canción de nuestro folklore. Es parte de la existencia el errar, pero más sabio es reconocerlo y enderezar. En el transcurso del “largo y sinuoso camino” hay siempre tropiezos. La responsabilidad personal supera cualquier obstáculo. Lo que es detestable y merece reclamo son aquellos que “del árbol caído hacen leña”. La polémica se genera en varios aspectos ya bastante expuestos- si la dejaron sola, un globo que se desinfla, no tiene la genialidad del inicio- y que ella sabrá retomar la vereda correcta. Es infamante el ataque del cuartel del cártel en el poder. El tlatoani inicio la guerra contra una mujer que lo único que le pidió fue que la escuchara con o sin razón. Le cerró la puerta de Palacio y sí millones de mexicanos se la han abierto con cariño, respeto, entusiasmo, esperanza. Las plumas serviles por la paga podrán decir misa, pero “a la señora X” le tienen miedo. *** Aunque sabe será una elección de estado que solo así le podrán ganar -todas las fuerzas del orden, burócratas amenazados compra de votos, aliados, cárteles del narco- Xóchilt se alza al castigo como los toros de Miura y avanza. Con aciertos y tropezones. Es valiente. Retó al Estado. Ningún varón se le ha enfrentado al tlatoani respondiendo a las groserías, mentiras, infamias, maledicencias con gracia, alegría, buen humor. Los ataques a sus empresas por parte de hacienda y la fiscalía fueron estresantes. La sometieron sin piedad a varias violaciones de sus derechos básicos. Mostró entereza. Es la esperanza para más de 40 millones de mexicanos. *** Por su voracidad el Peje también ha tenido resbalones. *** Los grandes desquiciados que afectaron a sus pueblos fueron destronados y excluidos. *** Básico y silvestre - el de palacio-desconoce la Historia Universal. Es un cacique bananero. *** Y para las agruras… |
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