Al grito de “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley” el Peje la transgrede cuantas veces quiere. No es jefe de campaña es el candidato. Se pasea por todo el país arengando a favor de su partido y gobernadores. Llega a reuniones, convenciones a realizar actos proselitistas. El sello de su inicio es el de su fin. No tiene límites. Transgrede la Constitución descaradamente. Quienes se atreven a opinar diferente les envía al SAT. Presiona para que despidan a periodistas incómodos. Se le va al cuello a importantes líderes de opinión y trata de desprestigiarlos. No atiende los reclamos ciudadanos urgentes como a los 44, las madres de los desaparecidos, las de los hijos de cáncer. Manipula a una candidata anodina que solo repite lo que le manda. *** Distractores a las ruinas que vemos en el país. *** Es una vergüenza que venga a Veracruz a alabar a un sujeto que los veracruzanos rechazan. Con todo cinismo ensalza el supuesto buen manejo de las leyes en el estado encabezado por su hijo putativo considerado el peor gobernador de su historia. Padre y vástago político cínicamente satisfechos cuando tenemos primeros lugares en feminicidios y secuestros. Cuitláhuac García con gozo genuino pues es ignaro, soberbio, cretino. Son cientos de miles de millones saqueados por su familia incrustada en el erario. Las pruebas están ahí y las registró puntualmente el periodista Edgar Hernández. El clamor general es cárcel para el payaso que solo llegó a dar risa porque gobernar lo hicieron sus parientes cercanos. *** Los descuartizados de Cazones y demás asesinatos que suceden diariamente. Más de tres carteles se disputan la plaza con la mirada complacientes de un gobierno aliado, cooptado, cómplice al parecer. Donde incluso militares, marines y policías asaltan a la población con gran descaro y arbitrariedad sin control. *** Y para las agruras…
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