¿Realmente los migrantes centroamericanos apostados a lo largo de nuestras fronteras del norte sobre todo en Tijuana –entre tres mil y cuatro mil por ahora-, desean quedarse en México como para que nosotros los ciudadanos, bueno una parte no representativa los tildemos de intrusos, apestosos, delincuentes? Para nada.
Si eso fuera nuestros connacionales no buscaran emigrar al sueño americano desde hace décadas, 12 millones viven en los Estados Unidos, siendo la mitad de indocumentados y la migración mexicana está más viva que nunca (Eli 2017).
Dicha migración en busca de mejores condiciones de vida sin descartar otros escenarios multifactoriales, no es un problema a solucionar con una visión de sexenio, piramidal, partidista o subordinada al imperio yanqui. Si pudiéramos hacer narrativas de políticas públicas instrumentadas por sexenio nos daríamos cuenta que las mismas se han elaborado sin la perspectiva internacional de Derechos Humanos.
Ello ha obligado que la otrora poderosa Secretaria de Gobernación, no reaccionara como debe ser sobre el problema migratoriao interno y externo hacia los Estados Unidos, tan solo en 28 años el único apoyo que los migrantes en general ha tendido oficialmente son los Grupo Beta y el Instituto Nacional de Migración que cuenta con 22 grupos de apoyo distribuidos en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Chiapas y Oaxaca, capacitados para implementar acciones de rescate y salvamento, ayuda humanitaria, asesoría legal y orientación (INM 2018).
Lo que hace repensar la política publica y humanitaria a instrumentar en el próximo sexenio de Andrés Manuel López Obrador, AMLO, con una visión de corto, mediano y largo alcance, trasversal, con perspectiva de Derechos Humanos, pero sobro todo surgida de una verdadera planeación estratégica donde la evaluación y meta evaluación sea la constante, evitando así, violaciones a los derechos de los migrantes de cualquier parte en su intento por mejores condiciones de vida, invocando el derecho internacional en favor de ellos en la medida de lo posible, respetando por supuesto la autodeterminación de los pueblos.
Pero mientras todo esto deberá llegar en el corto plazo, lo cierto es que los migrantes centroamericanos apostados en la frontera norte, luchan desesperados por su intento de cruzar del otro lado lo que se complica por varias razones. En primer lugar, es de mencionarse que el gobierno deslavado de Peña Nieto, no supo afrontar la problemática de los migrantes que entraron poco a poco por nuestra frontera sur, dándole violaciones a su dignidad por parte de efectivos mexicanos cuya orden fue repeler y agredir.
Los migrantes decididos a caminar por todo el territorio sobre Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México entre otros, encontraron apoyo ciudadano y poco oficial, demostrándose que los ciudadanos están siempre al frente de las causas más nobles y humanitarias. En algunas partes obtuvieron vehículos para seguir su camino, deportivos para dormir, metro sin pagar boleto y comida entre otros, que sin duda alguna han agradecido, aunque existan casos aislados de algunos que no vieron en la ayuda mexicana el corazón de un pueblo hermano, pero hasta allí.
El gobierno mexicano de Peña Nieto, que por cierto dejó de figurar después de la debacle electoral, presume acciones de otros como propias, como el caso de que se ufana apoyar a los migrantes que han llegado al norte de México, de contratar a cerca de cinco mil en empleos temporales como si ellos dieran los trabajos cuando todos sabemos fueron los empresarios mexicanos quienes vieron la mecha de la bomba expuesta por hambre de miles sin trabajos y decidieron actuar ante la miopía del gobierno federal que afortunadamente ya se va.
El nuevo gobierno de AMLO por iniciar en breve debe hacer lo que el fallido gobierno de Peña Nieto no hizo. Mirar las cosas al revés y decidir intervenir ante instancias internacionales a fin de que no le regalen un pan a los migrantes en sus intentos de muerte, sino generar en sus países de origen paz, estabilidad social y empleo para que no migren.
Darles una caña y enseñarlos a pescar. Cierto que puede cuestionarse que eso es imposible ante tanta muerte, pobreza, inseguridad que en la región centroamericana hay, pero debemos empezar a resolver los problemas de fondo y no de forma porque allí es donde está la solución.
No podemos pasar por alto que el gobierno de AMLO debe hacer una auditoría integral al Instituto Nacional de Migración donde los mismos migrantes se han quejado de violaciones a sus derechos, abusos sexuales, robo y extorsión a lo largo y ancho de sus caminos, muchas veces también masacrados por grupos delincuenciales relacionados con autoridades de migración corruptas, así las cosas, porque de no hacerlo quienes lleguen estarían cayendo en la omisión de un deber legal y ellos serían los responsables.
Mientras no asumamos esto, con planeación estrategia y gobiernos trasparentes y rendidores de cuentas, el problema seguirá y México pasará de ser un país de paso de migrantes a convertirse en uno de estancias ilegales, lo que si bien es cierto debemos recibirlos y apoyarlos, no es con la caridad como podremos demostrarle al mundo que unidos como gobiernos democráticos podemos darles mejores condiciones de vida a las personas en sus regiones de vida. Así de fácil. Eso esperamos de AMLO eso esperamos de Naciones Unidas, porque si lo esperamos de Estados Unidos, simplemente estamos jodidos. Actuemos. rafaelmarinmarin@hotmail.com
El Autor es Presidente del Colegio de Profesionales y Técnicos de Veracruz, COLPROTVER y, Delegado en el Estado de la Institución Nacional para la Celebración del Día del Abogado. INCDA.
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