Contrario a otras demarcaciones, como en la urbana de Coatzacoalcos, en donde prácticamente Amado Cruz Malpica registra amplia ventaja por encima de sus endebles adversarios, apuntalando su reelección, en el XXX la abanderada del PRI, María Luisa Castillo de la Rosa, por sus propuestas ha despertado el interés de los electores, más allá de marcas partidistas.
En el reciente debate organizado por el OPLE, la candidata priísta, que lleva como suplente a la aguerrida lideresa sindical Marjorie Oropeza, demostró temple, seguridad y conocimiento acerca de la grave problemática en Las Choapas, Agua Dulce, Moloacán, Ixhuatlán del Sureste, Nanchital y Coatzacoalcos.
Ante un Gonzalo Guízar, abanderado del PES/MORENA/PT disminuido, que a decir de Castillo de la Rosa, ya acumuló 30 años viviendo del erario público y sin generar resultados, la priísta fustigó al aparato de justicia en Veracruz, al aportar un dato aterrador: Solo existen 4 jueces por cada 100 mil habitantes.
Ahora nos explicamos el por qué los juzgados se han convertido en un vulgar supermercado y el porqué del rezago, porque al igual que en otras actividades de la vida, prevalece el tanto tienes tanto vales.
En diversos foros la abanderada priísta ha expuesto la imperativa necesidad de incrementar al personal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, de capacitar a todos los funcionarios de la Fiscalía General del Estado, a la policía estatal adiestrarla en materia de derechos humanos.
La esposa del empresario Rolando Fernández ha puesto el dedo en la llaga al criticar el reajuste de personal en la FGE, de modo que las fiscalías regionales se mantienen inoperantes.
En la confrontación de propuestas, puso de relieve que en diciembre de 2016 y el mismo mes de 2017, Veracruz registró dos alertas de género, sin que el gobierno pareciera preocuparle.
En este contexto, ante representantes de la prensa denunció que ella ha sido objeto de acoso por parte de la policía en Las Choapas, aunque no especificó si se trata la corporación municipal o estatal. Cual fuere, esto violenta sus derechos, véase por donde quiera vérsele.
En el rubro de desarrollo social, la bien documentada candidata expuso que de los 7.5 millones de veracruzanos, 1.3 millones padecen pobreza extrema.
¿Qué hacer para reducir esa lesiva brecha de injusticia social?
“Generar riqueza y oportunidades para todos”, ilustra.
“A la gente no le agrada que le regales toda la vida, porque son seres humanos con mucha dignidad, lo que nuestra gente quiere son opciones de trabajo bien remunerado y en el sur –como Zona Económica Especial- habrá de detonar pronto el empleo y las inversiones”, confió.
“Eh, ahí la importancia de impulsar la educación, en Agua Dulce y Villa Allende me he comprometido a gestionar dos tecnológicos y a reforzar los ya existentes en Nanchital y Las Choapas, con miras a proveer de mano de obra calificada a las empresas socialmente responsables que mediante cartas compromiso, ya están por instalarse en la región”, ilustró.
De acuerdo a sondeos, aunque la marca Morena, se encuentra posicionada, en el XXX distrito local, se percibe un electorado dividido y una militancia agraviada por la imposición de Gonzalo Guízar, entre otros factores, como el poder que ejerce la familia Tronco en Las Choapas.
En tales circunstancias, María Luisa de la Rosa se muestra como la aspirante con más consistencia, al contar con el respaldo de varios liderazgos, no solo en el sector obrero y empresarial, sino también en quienes como ella, se han dedicado a hacer el bien sin mirar a quién.
Digámoslo en lenguaje llano: El mejor acierto de José Francisco Yunes fue haber designado a una candidata –por mucho- muy diferente a las caras de siempre. |
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