Ya que regrese el Twitter; estaba más chido antes de X
--Chopenjawer
Este 10 de marzo se cumplieron nueve años de la mega protesta de trabajadores estudiantes y catedráticos de la Universidad Veracruzana en la Plaza Lerdo de Xalapa, movilizados por las deudas que se agudizaron en el gobierno de Javier Duarte.
A esa manifestación histórica se sumaron los pensionados y jubilados a los cuales tampoco se les estaba pagando, porque el mismo gobierno estaba tomando dinero de la reserva técnica a través de “préstamos” a la Secretaría de Finanzas, que nunca devolvieron.
De manera solidaria se sumaron artistas, intelectuales, periodistas y sindicatos, así como la comunidad estudiantil y académica de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) “Enrique C. Rébsamen”, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La marcha se llamó “Por la defensa de la Universidad Veracruzana y la Educación Superior”.
Según cifras de ese año, se habrían reunido algo así como 51 mil almas, muy molestas, contra lo que sería el último gobierno del PRI en Veracruz; una protesta sincronizada por todo el estado, en las cinco regiones de la máxima casa de estudios.
“En Xalapa habrían marchado 20 mil personas, 10 mil en Veracruz, siete mil en Poza Rica, dos mil en Tuxpan, cuatro mil 200 en Coatzacoalcos, mil en Minatitlán, 500 en Acayucan, cinco mil en Orizaba y mil 500 en Córdoba, sin contar las expresiones que también se registraron en las sedes de la Universidad Veracruzana Intercultural”, detalla un boletín de la UV en ese tiempo.
No se recuerda una movilización tan grande, tan noble, justo en los momentos de la decadencia de un gobierno priísta que hundió a Veracruz en una crisis inédita.
Fue un robo descarado, por decir lo menos.
2016 ha sido bien llamado el año de la crisis en Veracruz. Un “¡hasta aquí!” causado por años de corrupción de la clase política local. Nada volvió a ser igual.
La protesta, multitudinaria, en un año electoral (el último de Duarte, quien escaparía del estado meses después), fue algo que marcó para siempre a Veracruz, pues a partir de ahí se derrumbaría un régimen que duró 86 años.
(Bueno, la neta duró 88, porque se suman los dos de Yunes Linares que realmente no cambiaron nada y cuyo gobernador provenía del priato).
Quien encabezó la protesta en Xalapa fue la entonces rectora Sara Ladrón de Guevara, quien además hasta se lució con un discurso titulado “Nos Deben”, lleno de figuras retóricas que aprovechaba el momento político para no sólo pedir que les pagaran lo adeudado, sino que también tocó asuntos muy delicados como los desaparecidos en el estado.
“Nos deben el derecho a soñar. Nos deben la esperanza de un mejor futuro. Nos deben la confianza en las instituciones. Nos deben una juventud sin miedos. Nos deben a los desaparecidos. Nos deben la paz de los violentados y la de sus familias. Nos deben recursos que son obligaciones, porque no son de ellos, fueron otorgados por el pueblo. Nos deben los derechos de nuestros jubilados”.
La Universidad Veracruzana era requerida por el SAT por años de no enterar impuestos retenidos a sus académicos y trabajadores. La Secretaría de Hacienda no asignaba fondos a inversiones porque durante años los entregados no habían sido comprobados. Y los subsidios estatales eran severamente restringidos y retardados.
“NOS DEBEN” fue el grito que unió a miles de universitarios.
Tampoco se puede dejar de mencionar que Sara Ladrón de Guevara también tenía fines políticos que buscaban capitalizar la protesta para su amigo Miguel Ángel Yunes Linares. A la postre, el ex panista se convertiría en gobernador por un periodo de dos años, pero tampoco resolvió a la UV y la rectora no convocó a una protesta como la de ese año.
El año pasado reapareció Sara Ladrón de Guevara en el escenario político cuando se convirtió en candidata a senadora en fórmula junto a Miguel Ángel Yunes Márquez, prestándose al juego de dicha familia y sus particulares intereses.
Pero no le dieron los números y mucho menos la ayudaron los partidos que la abanderaban.
Lo que sí queda para la posteridad fue ese 10 de marzo de 2016.
Ahora el Gobierno del Estado tiene la oportunidad de marcar su diferencia y apoyar la transformación de una de las mejores universidades de la provincia.
Ya después se verá eso del segundo piso universitario, si llegara a existir.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Vaya “shingadaso” al hígado cirrótico con guante blanco marca “Cleto Reyes”, el que le propinó la gobernadora Rocío Nahle al ex presidente Felipe Calderón, quien desde España --donde sigue escondido como cobarde-- quiso cuestionar a la mandataria por la construcción de la refinería de Dos Bocas, por una nota del periódico Reforma: “No sé si usted está en condiciones de revisar la veracidad de la nota. Pero le informo NO es mi primo, no es la empresa, y la refinería nosotros SÍ PUDIMOS construirla”... ¡Mokos, catarrín!
OTRA NOTA: El senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara ya parece tener un problema grave de salud. Esto porque ya en su última conferencia de prensa tuvo un desvarío muy gacho y ante los periodistas sólo se le ocurrió decir que Cuitláhuac apoyó a Pepe Yunes rumbo a la gubernatura... Al parecer su condición ya es grave, porque dicen que sus colaboradores viven con el miedo de que en la próxima conferencia de prensa de a conocer que usa tutú por las noches mientras habla por teléfono de juguete con el Ché Guevara y que los unicornios viven por el rumbo de Perote...
LA ÚLTIMA PORQUE UNA BURGUER DEL MENTHA: Este lunes, simpatizantes de Morena increparon al presidente del Consejo Nacional de Morena, Alfonso Durazo (también gobernador de Sonora), a su salida de Palacio Nacional, para protestar en contra de la afiliación del senador ex panista Miguel Ángel Yunes Márquez... “Fuera prianistas. Gobernador haga algo, no queremos a los Yunes, no queremos que nos representen lacras”, fue de los gritos que se escucharon, mientras Durazo intentaba dar una entrevista a medios de comunicación. |
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