Jesús J. Castañeda Nevárez
El día de las votaciones para concluir el proceso electoral del 2018, los electores se volcaron masivamente en las casillas y de forma mayoritaria otorgaron un voto de esperanza en el candidato de Morena Andrés Manuel López Obrador. Sin duda las expectativas eran altas y muchas, dado el hartazgo y el cansancio de los malos gobiernos anteriores.
Y bien se dice, que cuando termina la luna de miel comienza la luna de hiel, eso exactamente sucedió. De lo dulce pasamos a lo amargo, de lo agradable a lo desagradable, de lo positivo a lo negativo, de lo bueno a lo malo, del amor al odio y de la paz al enfrentamiento violento entre los mexicanos y en eso se convirtió la 4t.
Muchos se fueron desencantando y posiblemente otros se fueron muriendo por la pandemia, porque en el proceso del 2021 ya no fueron los 30 millones del 2018 a favor de Morena y la votación apenas rebasó los 17 millones.
Ahora, en el último tramo del sexenio morenista de la 4t, cuando las expectativas ahora ya deben ser hechos o fracasos, realidades o mentiras y los electores sobre vivientes pueden tener bases de sobra para emitir su voto, considerando su propia situación al comparar cómo estaba al inicio del sexenio y cómo llegan al final.
Pero 800 mil fallecidos en la pandemia del Covid-19 ya no votarán; tampoco los 190 mil asesinados violentamente durante éste sexenio y los más de 50 mil desaparecidos que posiblemente están muertos no llegarán a las urnas; pero, qué dirán sus familiares?, pudiera ser que no estén muy contentos con el trato del gobierno de Morena y su 4t.
Es posible que los familiares de los niños enfermos de cáncer, así como los enfermos o adultos mayores que han batallado mucho para surtir sus medicinas, o quienes fallecieron por la falta de la realización de sus estudios clínicos que les hayan ocasionado no poder recibir el auxilio de una cirugía, tampoco vayan a las urnas con el ánimo favorable al gobierno actual.
Y en temas menos dramáticos, en donde se encuentran miles y miles de automovilistas a los cuales los operativos de las grúas les ocasionaron un fuerte agravio económico, además de la frustración y la impotencia de no contar con un Estado de Derecho que defienda sus garantías constitucionales.
¿Cuántos de éstos damnificados estarán dispuestos a refrendar su voto a favor del gobierno que sale y de su candidata que promete seguir en la misma línea y todavía más?
Lo esperable es que todos los electores vivos acudan a las urnas y libremente emitan su voto de acuerdo a su conciencia y ejerciendo sus derechos.
También se espera que no se caiga en la venta del voto ni la coacción por la amenaza de perder los programas sociales, porque nada de eso ayuda en la construcción de la democracia.
Pero si la gente sólo vota por simpatía, por afinidad, por ideología o quiere votar por coraje y deseo de venganza, pudiera ser que se esté ignorando que ese voto carece de objetividad y después podrían venir 6 años de lamentaciones, quejas y arrepentimiento.
De todos modos, sea cual sea la motivación, es importante que todos los mexicanos responsables acudamos a votar éste 2 de junio y después, nos comprometamos a trabajar para hacer de nuestro México un país mejor. Salud.
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