La alianza opositora se encuentra lista para entrar en la contienda por la presidencia de la república. Solamente requiere de encontrar un candidato o candidata que sustente el respaldo que recibirá, mantener la unidad y convencer a un electorado reacio para acudir a las urnas.
Esos serán los soportes necesarios para escenificar una lucha equitativa entre quien represente a los partidos opositores y quien resulte beneficiado por la figura seleccionada como método por el partido en el gobierno.
La delantera es mucha la que lleva la coalición formada por MORENA, Verde y PT y no se contemplan posibilidades de fractura entre ellos, sin importar quien resulte candidato.
Tardaron muchos los opositores en encontrar los métodos para encontrar la joya necesaria que pueda remontar la desventaja que actualmente tiene ante el partido gobernante y sus aliados, aunque al parecer el método seleccionado es adecuado, según dan a conocer ellos mismos.
Eso les permitirá mantener la unidad en una primera etapa, aunque nadie garantiza que esta subsista después de que se realice la evaluación del método y que los aspirantes queden conforme con el resultado que este arroje.
Hay mucha similitud entre los esquemas adoptados por unos y otros, aunque a diferencia de los opositores los del partido gobernante jugaron una carta adicional que les permite asegurar la fidelidad de sus participantes, ya que garantiza posiciones para todos aquellos que participen, especialmente para los cuatro primeros lugares que arrojen las encuestas.
De esta manera en el partido gobernante establecieron un programa de recompensas, las más de ellas atractivas. El primer lugar se lleva el jugoso premio de la candidatura presidencial; el segundo la coordinación de la bancada en el Senado de la República; el tercero habría de coordinar a los diputados federales y para el cuarto un sitio seguro dentro del gabinete, si es que ganan la presidencia de la república.
Ese sistema de recompensas hará falta entre los opositores, a los que se les quiere escamotear la posibilidad de encontrar un reacomodo en el Congreso de la Unión u otros sitios.
El tema de la unidad parece tenerlo cubierto la alianza opositora, aunque lo difícil será encontrar un candidato o candidata que cuente con todos los requisitos para ser lo atractivo que se requiere. No hablamos solamente de tener empatía con el electorado, carisma, conocimientos y ser una figura respetada, ya que muchos de los aspirantes de Va por México cuentan con una, dos o hasta tres de esas características, pero no las conjugan en una sola persona.
Encontrar a quien los represente será lo más difícil, ya que, aunque las encuestas, las firmas y las primarias arrojen a un ganador o ganadora, lo complicado es que compagine con lo que los ciudadanos quieren. ¿Habrá tiempo de exposición suficiente para adentrarse en el ánimo de los electores? Las “Corcholatas” de la oposición y los colados han tenido tiempo suficiente para mostrarse ante la ciudadanía, primero desde el gobierno y ahora en sus recorridos por el país los opositores apenas iniciarán ese periplo.
La alianza de Va por México considera que los tiempos son acordes para el buen funcionamiento de su estrategia, la que además de quien los represente hacia la presidencia de la república, lleva como propósito fundamental el alcanzar la mayoría en el Congreso de la Unión, ante el riesgo de no ganar la carrera presidencial.
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