Patética la imagen que reflejó Fidel Herrera Beltrán, en donde enfermo, decrepito y abatido fue vapuleado al ir a emitir su voto en una casilla especial. Unos se condolieron y otros le llamaron justicia divina. Después de tener todo “el pinche poder en las manos”, el otrora poderoso, altanero, soberbio ex gobernador de Veracruz era un guiñapo. Con toda su inmensa riqueza, extraída del erario, era simplemente un hombre disminuido e impotente. El espejo en donde ahora en decadencia, se ven reflejados también todos los priistas que le fallaron a la nación. Quienes fueron arbitrarios en todos sentidos y que les llegó el día de la paga. No escucharon los lamentos, exigencias, suplicas y cayeron al abismo. El quiebre de la partidocracia y los políticos convencionales. La oferta más llamativa, fue ir en contra de la corrupción y se apostó a ello. El PRI en el poder no entiendó nunca, que los reclamos eran urgentes de atender. El hartazgo estaba generalizado y que de todos los sectores sociales, emergía la exigencia. Alejados, viviendo en el oropel de la riqueza descomunal, no veían la extrema pobreza y la falta de servicios básicos fundamentales. Ignoraron y cuando llegó el Tsunami, no supieron ni por dónde. Esperemos hayan asimilado la lección, la clase política mexicana. Los que llegaron, los que logren sobrevivir y los de nueva creación, que seguramente aparecerán. *** Ahora es tiempo de reflexión y serenidad. Las campañas ya terminaron y no vale la pena, el odio descomunal de los perdedores. Hay incertidumbre, que es muy normal ante lo nuevo. Unos están contentos y otros muy enojados, pero dicen que en política así es. En la sociedad hay que tratar de asimilar y esperar, pues el nuevo gobierno inicia hasta en unos meses. No se puede juzgar a priori, ni desalentarse por las contradicciones. Démonos un descanso, que es muy merecido después de tanto tiempo de campañas abrumadoras y los miedos naturales de lo que pudiera venir. Todos se ira acomodando. Andrés Manuel López Obrador, dijo que si en dos años no daba resultados se le podría exigir su renuncia. La fuerza de la opinión pública, se hizo patente. Una gran mayoría de mexicanos votaron y la historia moderna ya se escribió. Lo que sigue es el futuro y ese nadie puede adivinar, predecir, asegurar ni lo bueno ni lo malo. Hubo un registro histórico y ya se sabrá qué resultados dará. *** Ricardo Ahued Bardahuil, ha crecido no
solo como exitoso empresario sino como visionario en la política. Su capital político es innegable, así como su congruencia. Los veracruzanos podemos estar seguros que su trabajo en el Senado, será en nuestro beneficio. Una voz discordante, incluso de su mismo partido, porque así lo fue en el pasado. Lo rescatamos como el político de trato humano, con todos los sectores sociales donde se le aprecia y reconoce su valor. *** Mole de Gente se va de vacaciones, agradeciendo siempre a sus lectores, amigos, familiares, colegas la generosidad de su lectura y comentarios. Hasta pronto. *** Y para las agruras del mole…usted sabrá que tomar. Hasta el regreso si Dios quiere. |
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