Ni conozco al señor Putin -y me habría gustado mucho conocerlo. Es un hombre muy inteligente; debe de ser un gusto el platicar con él. No así con Trump; sin más comentarios- ni a ningún otro ruso. Y ni entiendo su idioma...
Tampoco nadie me dio información confidencial de lo que el Presidente ruso iba a hacer en la “Cumbre” -ora ya todas son Cumbres- Y si aseguré, que no se movería un ápice de su primera posición al inicio del conflicto armado; fue precisamente porque él lo dijo...
Lo demás es análisis. Lo he explicado muchas veces. Pero la versión oficialista es que Rusia invadió a Ucrania; y sucede que es exactamente todo lo contrario. Toda la región del Donbass ya se había separado del gobierno de Kiev desde el 2014; sostenía una guerra de independencia, pero fue hasta el 2022 cuando se anexaron a la Federación Rusa...
Putin no puede, de ninguna manera, lo expliqué ayer, primero, aceptar la anexión de esos territorios; para después salir con que siempre no. Proceder de ese modo sería su ruina política. Todos los medios, unos por conveniencia y otros por diplomacia, dicen que la Cumbre fue un éxito y hacen hasta proyectos de que la próxima reunión será con Zelensky. Y jua, jua, jua...
Pero lo cierto es que la guerra sigue. Igual que en Gaza, sólo que ahí no se puede llamar guerra; sino genocidio...
Quién sabe qué tanto hablaron los mandatarios con sus intérpretes; por eso tal vez algún día lo sabremos. Pero se olvidaron las amenazas y el ex presidente ruso, Medvédev opinó que “la reunión demostró que las negociaciones son posibles sin condiciones previas”. Lo que bien podría tomarse como una ironía; pues las condiciones ya las había planteado Putin...
Pero “háiga sido como háiga sido”, diría el clásico, lo cierto es que quien llegó con un proyecto y lo vio cumplido, fue el ruso, no Trump; que encima de todo, se tuvo que tragar sus amenazas. Aunque para el norteamericano no es nada extraño hacer el ridículo. Pero ciertamente que, para los “resultados” de la Cumbre, bien se la podían haber ahorrado.
Cambiando de tema...
Siempre me he preguntado, de qué o para qué sirven dioses -porque hay muchos y todos dicen que son bien poderosos- porque aparte de servirles de pretexto a una bola de charlatanes que se dicen sus representantes para vivir del cuento...
O para matar a otros que no crean que el suyo, su dios, es el mero bueno. Mucho predican el amor y la paz y hacen exactamente todo lo contrario. Y lo traigo a cuento, toda vez que, en la India, las torrenciales lluvias han causado inundaciones que han cobrado muchas víctimas...
Entre ellas, a un grupo de peregrinos que iban a adorar a uno de sus dioses, que se detuvieron a comer y de repente una avalancha los sepultó dejando más de medio centenar de muertos y cuando menos unos 200 desaparecidos, a los que se tiene pocas probabilidades de encontrarlos con vida...
Pero eso no es algo nuevo que suceda. Aquí en México, casi cada año pasa lo mismo con las peregrinaciones que van a la Basílica de Guadalupe. Siempre hay muertitos a los que sus familiares tienen el consuelo de que, como se murieron cuando iban a adorar a la deidad, se van derechito al cielo...
Shiva es uno de sus principales dioses, considerado por sus seguidores como el ser supremo, que se encarga de la destrucción y la transformación; pero también como el dios de la creación y la preservación...
Pero no somos lo únicos que vemos a los dioses actual, el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, les advirtió a sus colegas republicanos, que si se deja de prestar apoyo a Israel, o sea, al genocidio “¡será dios el que castigue a los estadounidenses!” A ese grado de estulticia hemos llegado.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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