Por Edgar Hernández*
El caso Araly sigue arrojando pus.
El pánico se ha apoderado de la Secretaría de Finanzas y en un desesperado afán por tapar al Subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez, primo hermano del gobernador, echan a los leones al Tesorero General del estado, Mario Emir Macip Olvera, de ser el que planea, palomea y paga a las empresas Fantasma.
A Macip, para hacerle bien la faena lo señalan además, como responsable de la operación devolución del presupuesto vía subejercicios.
Por lo pronto ya le tejieron una historia similar a la de su predecesor, el ex tesorero Carlos Aguirre Morales, quien provocó daños a la hacienda pública por 4 mil millones de pesos por no realizar un debido seguimiento del ejercicio de los recursos financieros, ni resguardar la documentación contable justificatoria del gasto público.
Así, hoy se repite la historia con el “honesto” gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, al quedar al descubierto el entramado de corrupción, vía empresas fantasma, que desvela Eric Cisneros a través de su amanuense Marlon Ramírez.
El “oscuro” Cisneros ha sido señalado por diversos medios y políticos opositores, como el filtrador de los negocios del Gobernador, vía su primo hermano Eleazar, lo cual ha desatado un escándalo a nivel nacional.
El origen.
Mario Emir Macip Olvera, fue un priista denunciado en el gobierno de Yunes Linares por vender los libros de texto gratuitos desde la responsabilidad que tenía en la SEV como “Coordinador Estatal y Responsable Único de Libros de Texto Gratuitos”.
También fue señalado por la titular del Medio Ambiente estatal, de “condicionar” permisos a “Verificentros” y desviar recursos, lo cual obligó al gobernador a retirarlo de la Unidad Administrativa que encabezaba para llevarlo a la Oficina de Gobierno de Palacio.
Luego, a instancias de su amigo de francachelas, Eleazar Guerrero, sería colocado como Tesorero para hacer equipo con el Director de Administración de Sefiplan, Carlos Bernabé Pérez Salazar y Ulises Rodríguez Landa, responsable administrativo de Seguridad Pública y actualmente señalado como el gestor de las empresas fantasma a través de su prima Araly Rodríguez.
De Araly muchas historias se han tejido.
Las oficiales, sin embargo, mueven a la risa por su largueza. Todo un cuento se ha gestado en torno a quien en un principio se dijo que era una empleada de gobierno con un salario de 8 mil pesos pero que, por fuera, había obtenido contratos por 100 millones de pesos.
Sin embargo, al empezar a rascar nos encontramos con que el gobernador aduce que es una prestanombres de una empresa que debe investigarse.
Más tarde él mismo mandatario se corrige al argumentar con su aflautada voz, que no es una prestanombres y que tampoco es una fantasma, sino una empresaria que ha cumplido.
Evidencias e investigaciones periodísticas, sin embargo, arrojan la ubicación de un domicilio fiscal en una colonia perdida de Xalapa, misma a la que acudieron los enviados de Cuitláhuac para limpiar la ubicación de la casa semi construida, darle una manita de gato, colocarle un moderno anuncio y permitir que el gobernador echar la culpa a los periodistas de “¡No ver bien ya que metros adelante, está la empresa de Araly!”.
Los cuentos oficiales de nuevo se vienen abajo al hacerse público que el administrativo de la Secretaría de Seguridad Pública, Ulises Rodríguez Landa, guarda parentesco con la inculpada a quien utilizan de fachada.
Por estos días, sin embargo, quedó como evidencia que Araly no vive en Xalapa; que no es empresaria; que fue despojada de su empleo de 8 mil pesos, y que vive en total modestia en Poza Rica con sus dos hijas –su esposo y madre recién murieron-, todo un culebrón al estilo “La Rosa de Guadalupe”.
El drama del subejercicio.
Pendiente por revelarse a la opinión pública los detalles del tema del subejercicio del recurso público.
De 3 mil 900 millones de pesos en subejercicio en 2019, se transitó a casi 6 mil millones en 2022 al cierre del año, siempre anteponiendo la Secretaría de Finanzas que tienen hasta marzo del año siguiente, 2023, para gastar el dinero.
Lo mismo dijeron en 2020.
Ello de tal suerte que en cuatro años de presupuesto se estima un subejercicio de 20 mil millones de pesos no ejercidos en obra pública o bienestar social o asistencia, menos generación de empleo.
Simplemente fueron a parar a la gran bolsa nacional en donde no hay devolución, ni castigo, solo el reconocimiento del ejecutivo federal al gobernante.
En los hechos debe considerarse que dos dependencias, SIOP y la Secretaría de Salud, se llevan el mayor recurso presupuestal.
No quedó claro por qué de manera intempestiva se echó a la calle al titular de SESVER, Roberto Ramos Alor, dejando sin explicación millonarios destinos de dinero no dedicados a la salud.
El otro chipote lo representan obras públicas donde su titular, Elio Hernández Gutiérrez, no ejerce el presupuesto en su totalidad, solo cubre la fachada con inauguraciones de tramos carreteros.
A Elio se le ha descubierto que el 99 por ciento de la obra pública la hace sin licitación y está comprobado que hay obras que se pagan pero nunca se realizaron, solo las pagaron para recibir el moche.
Elio, como dato cultural, es cuñado de Cuitláhuac García Jiménez.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |
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