A más viejo estilo priista que tanto odia -de dientes para afuera- la de Zacatecas, la de mala fama, arranca su campaña por la gubernatura arrastrando la pesada carga de la corrupción.
200 autobuses rentados, despensas, asistencia obligatoria de la burocracia, escandalosa propaganda, playeras y gorras al por mayor, el auxilio ilegal de un ejército de policías y agentes de tránsito, ambulancias del gobierno y gastos superiores a los 30 millones de pesos, son el marco.
Arranca con pasivos encima.
No conoce la tierra que pretende gobernar; ser oriunda de Zacatecas; tener un esposo peor de transa de ella, y dejar en el imaginario colectivo la sospecha de compras millonarias de mansiones y terrenos con un valor superior a los 50 millones de pesos.
Arranca en el emblemático puerto de Veracruz, al pie de Carranza, buscando apantallar con rancios estilos de sumar y sumar gente… acarreada.
Habrá autobuses atascados de morenos enviados desde la ciudad de México, del Estado de México y Puebla con objeto dar la imagen de que la robusta señora cuenta con el respaldo ciudadano.
Arranca en la explanada del Malecón hasta donde han llegado desde este viernes tráileres con vallas para instalar corredores, templetes y una carpa de descanso para la dama previo al mitin.
Así, mientras Pepe Yunes inicia este sábado a las doce de la noche con un minuto con una verbena popular en Boca del Río, con música y baile, con antojitos y bebidas frescas, la fuereña habrá de llegar el domingo por la tarde al puerto en sus 12 Suburban, patrullas y ambulancias.
Se desconoce si llega volando o en tren aéreo, pero si se sabe que flota, que ya no toca el piso.
Inicia su periplo por los 212 municipios -que no alcanzará a cubrir dada la extensión territorial de ocho millones de veracruzanos de los cuales 2 millones se pretende acudan a las urnas- en el marco de un partido, Morena, dividido; con sus tribus enfrentadas, con un señalado distanciamiento del gobernador Cuitláhuac García y con esa esperanza de sus enemigos chairos de que la aspirante abandone el barco.
Allá en lo oscurito Manuel Huerta Ladrón de Guevara, señalado como violador sexual, confía en que López Obrador le pida entre al relevo.
¿Qué si viola la ley electoral ¡Por Dios! cuándo se ha respetado?
La zacatecana trae una agenda apretada y un discurso, al estilo de ella, aguado y sin levantar el ánimo ciudadano. Trae además la estrategia de sus inteligentes consejeros de no responder a ningún señalamiento.
Qué si es corrupta, silencio. Qué si compra o renta en el más exclusivo fraccionamiento de Veracruz, silencio. Qué si Dos Bocas no arroja un litro de gasolina, silencio. Qué si el marido es el “Rey de los Moches”, silencio. Què si la señora tiene un pinche genio terrible, más silencio, no sea que se encabrone peor.
Ese es el escenario donde el dispendio, el apantalle y el ¡Ya ganamos! son el tono de esta vieja guardia de políticos en franco repudio.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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