Por Edgar Hernández*
Amigo de una vida y aliado político de Pepe Yunes en sus tres últimas incursiones por la gubernatura de Veracruz, Américo Zúñiga a la par del exponente de la familia Yunes del Estero, Miguel Angel, se convierten en prospectos idóneos para construir, ya desde ahora, su circunstancia para el 2030.
Y si bien la política es una ciencia, todo un arte, el valor de la circunstancia es fundamental, lo que de la noche a la mañana juega en tu favor, o en contra, siempre guarda un ritmo, una cadencia, una previsión rumbo al futuro.
La historia recuerda que cuando en 1986 Fernando Gutiérrez Barrios fue destapado para la gubernatura ya se vislumbraban en México y en el círculo cercano al candidato dos prospectos Dante Delgado y Miguel Alemán.
El primero llega finalmente a la gubernatura como sustituto mientras el segundo tuvo que esperar a que terminara Chirinos.
Con Fidel Herrera sería la nomenklatura de México la que decidiera contrario a los deseos de Alemán Velasco y a la vuelta de seis años, desde el inicio sexenal se vio la fuerza y cercanía de Javier Duarte con su tutor.
Ya para el 2016 la voltereta de la alternancia dio paso a Miguel Angel Yunes Linares, empujado desde México y ¡Oh, desgracia! la fuerza del Peje y su efecto avasallador modificó las reglas del juego para que llegara el peor que ha gobernado a Veracruz, el payaso Cuácaras.
Así se escribe la historia política.
Así, Morena, a través de López Obrador, construyó la del 2018 para Roció Nahle, en donde las circunstancias no se dieron por conveniencia política del hoy Narcopresidente y se decidió por Cuitláhuac García quedando comprometida la de Zacatecas para el 2024 tal como se observa.
Que gane o no es otro cuento.
El punto de análisis es que para el presente apenas nace el candidato opositor, Pepe Yunes, ya se empieza a tejer el run-run de quien o quienes entrarían al proceso sucesorio del 2030.
En el escenario, producto de acuerdos, compromisos y circunstancias -regresando al inicio del análisis- asoman dos Miguel Angel Yunes Márquez y Américo Zúñiga.
El primero, hijo del polémico exmandatario Yunes Linares, quien ya la jugó en 2018 y la perdió por un pelito lo cual dio lugar a que el papá cediera con todo el dolor del mundo la plaza y aparte pagara cuota, sube de nuevo a las candilejas.
Hoy que las circunstancias políticas son diferentes, que se encuentra con Pepe, un hombre de diálogo y acuerdos que llega en el ocaso del Pejismo y el mal gobierno de Cuitláhuac, que la gente está hasta la madre y que la oposición Morena está dividida, se dan las posibilidades de que el joven Miguel Angel Yunes Márquez juegue en lateral, desde el Senado, para seguir construyendo su circunstancia rumbo al 2030.
¿Con todas las de ganar? ¡Desde luego!
En paralelo está el alfil, Américo, también heredero de una estirpe que construyó su padre, don Guillermo Zúñiga, Campeón nacional de oratoria, Secretario de Educación, alcalde de la capital, creador de proyectos educativos de carácter internacional y lo más valioso, un gentil hombre.
Américo Zúñiga es la mano derecha de Pepe Yunes.
Un político caballeroso, discreto, que sabe ganar en la misma proporción que perder tratándose de juegos electorales y que no tuvo adolescencia normal ya que desde temprana edad se dedicó a la política.
Hoy va por la diputación federal teniendo enfrente como rival a la boba de Ana Miriam Ferraez, sin preparación académica, profesional o política -virtudes para Morena- para contender.
Américo no tendrá problema en ganar.
Habrá que insistir, sin embargo, como decía don Fernando Gutiérrez Barrios, en que para tener asado de pato primero hay que tener al pato.
Los tiempos son propicios para Pepe Yunes quien a la vuelta de once semanas será el gobernador electo para que entre junio y noviembre empiece a construir el nuevo Veracruz con los mejores hombres a partir de
un gobierno plural en donde los rojos juegan de la mano de los azules y los amarillos, todos con el visto bueno de la ciudadanía.
Luego, lo que sigue.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |
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