En los últimos tres sexenios en los gobiernos federales, ha existido un hecho que los marcó a lo largo de su gobierno; en el caso de Vicente Fox Quesada fue la cancelación del aeropuerto; con Felipe Calderón Hinojosa fue la entrada del Ejército al estado de Michoacán por petición del otrora gobernador Lázaro Cárdenas Batel; y con Enrique Peña Nieto fueron dos: la Casa Blanca y la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa. En el caso veracruzano, no ha habido un hecho que marque un antes y un después de los gobiernos estatales, si bien se podría decir de la multiplicidad de sucesos; por ejemplo, en materia económica ha existido una presente-continuo con la deuda pública desde los últimos cuatro gobiernos estatales; el otro tema, es el de la seguridad pública con la aparición y proliferación de grupos ilegales, pero quizá lo que marcó al gobierno de Javier Duarte fue la aniquilación de algunos de los periodistas críticos.
En la clausura del relleno sanitario en Chinameca (que lo pueden trasladar a otro municipio cercano), en donde el secretario general de gobierno quedó reducido a la nada política y que la población obligó a ir al gobernador en turno y lo doblegó, según se observa en la prolífica difusión de un video de un poco más de 18 minutos, al ver con detenimiento la actuación del ejecutivo estatal y la forma en la cual se dirigen hacia él, ya se observa una desacralización de la autoridad, lo llaman por su nombre, lo retan y desechan la vía populista de la consulta, la cual si se hubiera realizado la pierde estrepitosamente el gobierno actual; ésta imagen jamás se había visto en Veracruz, difícilmente le hubiera pasado eso a Agustín Acosta Lagunes, Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado Rannauro, Patricio Chirinos Calero, Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán, Miguel Ángel Yunes Linares, hasta Javier Duarte de Ochoa; por lo que no sólo es un “asunto resuelto”, tampoco es una decisión democrática porque se escuchó al pueblo “bueno”.
Un gobernante de minoría de edad que todo le pide a la federación que le resuelva sus problemas locales, desde una manifestación en la capital del estado que duró más de 12 horas; por otra parte quiere que le solucione el complejo tema de la seguridad pública, cuya apelación al diagnóstico de la existencia de grupos criminales y de la aceptación de que no pueden con ese problema, es reconocer que el gobierno de Veracruz renunció de acuerdo a la interpretación weberiana a lo que debe ser un Estado, aquel que tenía el “monopolio de la violencia física legítima”; si bien de acuerdo a la recomendación de la ONU, nuestra entidad federativa debería tener 24,200 policías estatales y sólo se cuenta con 4,700 policías, actualmente hay un esfuerzo a través de una convocatoria pública para aumentar la fuerza policiaca, que es la salida racional y no seguir con la irresponsabilidad de señalar lo que no hicieron los gobiernos anteriores, hoy se debe actuar con una ética de la responsabilidad, porque el gobierno federal tiene ya demasiados problemas con sus ocurrencias y sus acciones sin planeación, como el caso del Huachicol, aquel se va a cansar de un gobierno estatal que no sirve ni funciona para mínimamente enfrentar cualquier problema local y lo dejará a su suerte (no hubo ningún rescate financiero como ya falsamente se había afirmado).
El error gubernamental de confundir la represión con la aplicación del Estado de derecho es grave, porque la inacción toma carta de naturalización en el nuevo gobierno, si a esto se le agrega la visión chabacana del derecho como eso de no cumplir con una ley, en caso de que sea injusta, entonces cualquier persona física o moral le tomará la medida el gobierno, en la vía de lo simbólico; por eso Chinameca hoy representará para cualquier grupo si se organiza y pueda frenar cualquier acción gubernamental, y paulatinamente el gobernante en turno se convierte en un “lame duck”, como lo definen los políticos norteamericanos, en la traducción al castellano significa “pato cojo”, y cuyo significado es el de un pato que no sigue a la parvada y cae víctima de sus depredadores; aquí el gobernador enfrenta a los depredadores locales de su partido (una secretaria de despacho, un superdelegado y a un ambicioso senador); y a la sociedad en su conjunto como ya se lo demostraron en Chinameca, de ahora en adelante cualquier persona (así como se ha observado a una solitaria mujer detener el tráfico en el centro de la capital) podrá frenar cualquier acción gubernamental. Cuyo resultado será el debilitamiento de la autoridad y que paradójicamente es provocado por el mismo actor político, “no sólo hay que ser gobernador, sino parecerlo”; por ejemplo, en la tradición de la política norteamericana que se adaptó a nuestro país se decía: “si camina como pato, grazna como pato y nada como pato, entonces es un pato”. Esto convertido a la política, si un político no funciona se le asocia con esta metáfora del pato.
La complejidad de Chinameca no queda allí con ese simplismo de que “ya se resolvió el problema” o que es un gobierno que “escucha al pueblo”, éste pequeño municipio dio origen a un pequeño aleteo que se convirtió en “efecto mariposa”, en la cual esta perturbación podría llevar al caos político del novel gobierno y qué ante la inexperiencia, ineficacia, ineficiencia, impericia, conlleve a la disfuncionalidad y parálisis en la administración pública y que provoque ingobernabilidad, porque al no haber dirección, estrategia, plan de gobierno, acciones gubernamentales, equipo de gobierno, visión de futuro, inteligencia; porque ya están experimentando que la gobernación no es voluntarismo, buenas intenciones, bravuconerías, que necesitan profesionalizar la actividad gubernamental, y realizar muchas cosas más, como dejar de jugar a gobernar con egos, fobias, celos, frustraciones, traumas, todo esto aunado a una vulgarización en el ejercicio del poder, como el nepotismo, el amiguismo, el patrimonialismo (todo esto le criticaron al PRI y al PAN, y hoy sólo se adaptan al sistema, porque no lo pretenden cambiar), y hasta los radicalismos, como lo que se observa en los nuevos funcionarios públicos que eran activistas y siguen sin darse cuenta que ya son gobierno y no activistas, si se mantiene esa confusión en la administración pública, será un gobierno que no podrá arrancar y la inercia lo devorará, y en donde los únicos que serán los afectados son Veracruz y los veracruzanos.
Finalmente, la única apuesta es con la profesionalización de la administración pública estatal, ésta ruta debe observar lo que pasó en un año de gobierno con los alcaldes fallidos de Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica, y Minatitlán, si ese va a ser el estilo partidista de gobernar, pues simple y sencillamente los 30 millones de votos que tuvieron apenas hace 7 meses, seguramente se convertirán en 30 millones de arrepentidos en los próximos 6 meses, y que en el 2021 los votantes mexicanos regresarán a la fórmula de siempre, “más vale viejo conocido, que nuevo por conocer”, basta recordar que el PRI estuvo fuera de la presidencia de la república y regresó 12 años después, sin democratizarse, sin modernizarse, sin cambiar y el votante conservador mexicano le volvió a dar el beneficio de la duda, pero que en este contexto ese papel lo podría jugar el PAN. |
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