Lejos estuvo de causar el efecto esperado la renuncia de varios cuadros del PRI, ya que era esperada la salida de algunos de los que causaban más daño dentro que fuera del partido.
Son muchos los sorprendidos con Nuvia Mayorga, ya que ni siquiera se conocía que fuese senadora, condición alcanzada en la negociación para que Miguel Osorio se separara de la secretaría de Gobernación.
En el no tan distante 2017, Osorio meditaba si entraba a la competencia por la candidatura presidencial del PRI, pero fue advertido de que contaba con pocos avales y que su amigo Enrique Peña Nieto no lo consideraba para tal nominación, por lo que negoció una senaduría para él, otra para su siempre fiel Nuvia e incluso para Claudia Ruiz y además el liderazgo de la bancada.
La debacle del PRI en el proceso electoral le dejó una magra cosecha de escaños (14) uno de los cuales se pasó de inmediato a MC, Noé Castañón, acusado de violencia familiar de influyentísimo y fue protegido desde su nuevo partido.
Con su reducida bancada Osorio vio de manera indolente, pasiva y hasta ausente todos los obuses lanzados del gobierno y no se atrevió a usar la tribuna del Senado para responder a esos ataques, lo que provocó que la minoría priista fuese vista con desdén.
Las cosas se agravaron cuando decidió no participar en la elección del nuevo dirigente de su partido y dejar el campo libre para su antiguo aliado, Alejandro Moreno, con quien había roto lanzas poco antes.
Los pocos escaños priistas en el senado se convirtieron en un hervidero, donde 9 senadores apoyaban al dirigente de su partido y los restantes incondicionales del ex secretario de Gobernación, por lo que fue fácil arrebatarles el liderazgo de la bancada, el que recaló en Manuel Añorve, cercano al presidente del PRI.
Dolido Osorio todavía alentó a su compañera Claudia Ruiz para competir por la candidatura presidencial del Frente Amplio Opositor, conscientes todos de que no tenía oportunidad alguna, pero serviría para denunciar y jalar reflectores para el momento de su renuncia al partido.
Los ahora renunciantes había hecho equipo desde 2003 cuando fueron diputados federales y formaron parte del grupo aliado a Elba Esther Gordillo y donde también se encontraban Alfredo del Mazo González, Eviel Pérez Magaña, Reyes Baeza, Francisco Rojas, Roberto Campa y otros más.
La salida de Osorio, Mayorga, Claudia y Eruviel Ávila, ocurre después de que Osorio y Eruviel se mostraron pasivos en los procesos electorales de Hidalgo y Estado de México, respectivamente, donde el PRI fue derrotado.
Otro de los renunciantes fue Eviel Pérez Magaña, un eterno perdedor en los comicios oaxaqueños donde fue vencido en su intento de ser gobernador y de ganar una senaduría de mayoría.
Ahora falta saber hacia dónde se harán estos despechados ex priistas y a quien le interesan sus servicios políticos. De Claudia Ruiz se menciona la posibilidad de que compita por la candidatura presidencial de MC, ya que este partido está urgido de mujeres para abanderar al partido.
Los cerca de cien militantes renunciantes al PRI anunciaron la creación del Movimiento Congruencia por México, aunque los cuatro senadores no dejarán su escaño en el Senado de la República.
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Unos se van y otros dilucidan su cercanía o alianza con el PRI. En Sinaloa el ex gobernador Mario López Valdez (MALOVA) se ve más cercano del partido en que militó varias décadas y Héctor Melesio Cuén, creador del Partido Sinaloense analiza la posibilidad de ir en alianza en 2024. Por lo pronto iniciaron los registros de los aspirantes a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México y Santiago Creel y Xóchitl Gálvez fueron los primeros en registrarse. |
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