GILBERTO NIETO AGUILAR |
. |
2025-09-09 /
21:38:05 |
Educación y derechos humanos |
|
|
 |
Varios países están desarrollando políticas para analizar cómo se enseñan y aplican los derechos humanos en las escuelas, especialmente tomando en cuenta la relación entre padres, niños y maestros, buscando que no se socave el principio de autoridad ni en los hogares ni en la escuela, que se respete la dignidad del alumnado y que no se pierda el sentido de una educación formativa y humanista en la educación básica.
Países como Noruega, Suecia, Finlandia, Japón, Chile, Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia, entre otros, destacan la importancia del análisis y aplicación de los derechos humanos en el contexto escolar. Un cuestionamiento jurídico-académico que flota en el ambiente como un gran espacio vacío, es referente al hecho de que sólo se habla de derechos y no se mencionan las obligaciones, como sucede en México. Los derechos no son privilegios aislados, porque siempre van acompañados de obligaciones que equilibran la convivencia en cualquier comunidad humana.
Cuando sólo se habla de derechos y se omiten las obligaciones, puede provocarse un desequilibrio en la formación ciudadana inculcando en los niños y adolescentes al crecer, la idea de que los derechos son ilimitados, son una prerrogativa personal, que ellos siempre deben recibir sin dar, sin desarrollar la conciencia de corresponsabilidad ni comprender que su derecho se entrelaza con el derecho de los demás. Esto puede ocasionar un conflicto en la sana convivencia de la comunidad escolar.
En la comunidad escolar es común que algunos alumnos más fuertes de carácter o físicamente, acosen a sus condiscípulos. El respeto y los derechos están ausentes para los alumnos acosados. Los docentes pierden el principio básico de autoridad cuando los padres y el alumno perciben que tienen derechos y nadie les menciona sus deberes como padres, a unos, y como estudiantes a los otros.
Los padres tienen derecho a participar en las actividades extraescolares y a ser informados de la situación académica de sus hijos cada vez que lo requieran, pero tienen la obligación de acompañar el aprendizaje, apoyar las tareas, fomentar los valores en sus hijos. Exigir sólo los derechos en la escuela puede reforzar la idea de que la vida social es un espacio de exigencias personales, sin pensar ni fomentar el bien común ni el sentimiento claro de que todas las demás personas también tienen derechos. Esto reduce la práctica de la solidaridad, la empatía, el respeto del otro, la responsabilidad social.
Los derechos y las obligaciones son el anverso y reverso de una misma hoja en el libro de la vida social, familiar y ciudadana. No pueden existir separados. Son cara y cruz de una misma moneda. Si se les separa, se genera una percepción distorsionada de la justicia y se alienta la conducta de exigir respeto, trato digno y en ocasiones trato preferencial, sólo porque se levantó la voz exigiendo, sin existir compromiso ni ofrecer para los demás lo que exigen para sí.
Organismos como la UNICEF, la UNESCO, la Convención sobre los derechos del Niño, enfatizan que la educación debe incluir los derechos y las responsabilidades en la casa, en la escuela y en la sociedad. Como ejemplo de derechos/obligaciones podríamos mencionar: recibir educación de calidad/asistir puntualmente y cumplir los trabajos escolares; ser tratados con respeto y sin discriminación/respetar a sus compañeros sin excluir ni acosar a nadie.
El Role Play o cambio de roles, y los dilemas morales, son dinámicas que permiten vivenciar ambas caras de la moneda, facilitando la reflexión de situaciones problemáticas y recurrentes en el ámbito escolar, pudiéndose practicar con alumnos, padres y maestros, con una debida adaptación según el caso.
gnietoa@hotmail.com
|
|
|
Nos interesa tu opinión
|
 |
>
|
|
|