La Salud Mental, de acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud, es considerada como uno de los males que más preocupan en la actualidad.
La OMS reconoce que las depresiones tienen como causa principal los problemas mentales, muy comunes en estos tiempos. En la antigüedad, a estos padecimientos se les asociaba con algunos mitos. Se decía que quienes tenían este tipo de padecimientos podían resolverlos tan solo con un poco de voluntad.
Los expertos dicen que la salud mental es el resultado de factores genéticos y ambientales con alto grado de complejidad. El tratamiento requiere la intervención de equipos de expertos con intervenciones conductuales.
Si bien es cierto que actualmente se les da más atención a las enfermedades mentales, aún falta mucho por hacer para combatir el problema de una forma más integral. Es evidente que la atención está puesta en las enfermedades del cuerpo o físicas. Antes se les asociaba con lo paranormal.
Hasta no hace muchos años, a los que tenían problemas mentales no se les daba ningún tratamiento por que se aseguraba que no tenían cura.
Llegó a especularse que las enfermedades mentales eran un estado de locura que se apartaba del cuerpo, de lo físico; por lo tanto, no había tratamiento que las curara.
Investigaciones recientes, han determinado que los padecimientos mentales nada tienen que ver con la flojera o debilidad. Abordan la posibilidad que sea un problema hereditario; que puede pasar de padres a hijos por medio de los genes. También puede obedecer a fuertes cargas de estrés o cuestiones emocionales. Incluso, alguna lesión en la cabeza o cerebral. Problemas con sustancias químicas o drogas o un desequilibrio de mensajeros químicos del cerebro.
Cuando hay un desequilibrio de mensajeros químicos en el cerebro, las neuronas pueden tener problemas para pasar mensajes entre ellas. El mensajero químico más común es el glutamato, que aumenta la posibilidad que se forme un impulso con otras neuronas.
Las personas con trastornos como autismo, esquizofrenia u obsesivos compulsivos; pueden tener problemas para fabricar o utilizar el glutamato.
La serotonina es el otro mensajero químico que ayuda a controlar el humor, el hambre y el sueño.
Las personas con depresión a menudo no tienen suficiente serotonina; y si la generan, es en niveles bajos. Igualmente les altera el apetito; conocida como hambre emocional que provoca antojos sobre todo de dulces.
Por otro lado, el exceso de serotonina también puede producir ansiedad o irritabilidad.
El ultimo mensajero químico es la dopamina. Ayuda a controlar el movimiento y está involucrado con los sentimientos de placer y adicción.
Los bajos niveles de dopamina o problemas con la capacidad del cerebro para utilizarla, pueden estar vinculados con la esquizofrenia, el trastorno por déficit de atención, hiperactividad y otros más.
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