Obesidad, ansiedad y depresión: el peso del estigma en la salud mental. | ||||||
La obesidad va más allá de lo físico, existen estigmas y exclusión social afectan la salud mental, generando ansiedad, depresión y aislamiento. | ||||||
Jueves 04 de Septiembre de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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Si bien es ampliamente conocida por su relación con enfermedades como la diabetes o los problemas cardiovasculares, menos se habla del impacto emocional que sufren las personas con obesidad debido al estigma social, los prejuicios y la exclusión. ¿Qué enfermedades puede desencadenar la obesidad? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una enfermedad crónica, multifactorial y prevenible. Además, alerta que su prevalencia ha aumentado de forma alarmante en las últimas décadas. En 2021, la obesidad fue responsable de 2.8 millones de muertes solo en el continente americano, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La obesidad es un factor de riesgo principal en una amplia gama de enfermedades no transmisibles, entre ellas: Diabetes tipo 2 Hipertensión y enfermedades cardiovasculares Accidentes cerebrovasculares Distintos tipos de cáncer (mama, colon, endometrio, riñón, hígado) Apnea del sueño Osteoartritis Hígado graso no alcohólico Pero más allá de lo físico, la carga emocional y psicológica también representa un riesgo considerable. Esto es especialmente cierto cuando la obesidad se acompaña de discriminación, estigmas sociales y exclusión sistemática, lo que puede derivar en trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. El peso del estigma: cuando el cuerpo duele también por dentro Durante la conferencia de Lilly a Medicine Company, en la que se presentó la iniciativa “El Peso del Estigma”, Karla Alcázar —presidenta y gerente general de Lilly Latinoamérica— explicó que, si bien la ansiedad y la depresión no son enfermedades generadas directamente por la obesidad, sí pueden desarrollarse en personas que la padecen debido a la carga social que implica vivir con esta condición. Existe una relación clara entre la exclusión, la vergüenza y la salud mental deteriorada en personas con obesidad, señaló Alcázar. Estigmas que hieren: rechazo, angustia y aislamiento social Un estudio publicado en el Journal of Eating Disorders analizó a más de 2,700 jóvenes de entre 12 y 21 años. El 22 % de ellos experimentó altos niveles de estigmatización por su peso, y se encontró que esta variable explicaba el 46.9 % de la variabilidad en síntomas emocionales negativos como ansiedad, depresión y estrés. En cambio, el IMC (Índice de Masa Corporal) no fue un predictor directo del malestar psicológico, lo que sugiere que el entorno social pesa más que la condición física en sí. De forma similar, un artículo de Frontiers in Psychology recabó información sobre adultos con sobrepeso u obesidad. Los resultados fueron contundentes: El 52 % reportó síntomas depresivos. El 40 % experimentó ansiedad. El 50 % se sentía solo de forma persistente. El estudio concluyó que el estigma —ya sea experimentado de forma externa o internalizado por la propia persona— se asociaba directamente con los síntomas psicológicos. Por otro lado, el apoyo social y familiar funcionaba como factor protector, reduciendo los niveles de malestar mental. Estigmas cotidianos: prejuicios médicos, etiquetas y atención desigual El estigma hacia personas con obesidad no solo se presenta en la vida social o laboral, sino también dentro del ámbito médico. Una encuesta publicada por BioMed Central evidenció que muchos pediatras y profesionales de la salud tienden a culpabilizar a los pacientes con obesidad y a sus familias, sobre todo si creen que el peso se controla exclusivamente con fuerza de voluntad. Esto genera un ambiente de juicio y falta de empatía que puede llevar a la evitación del sistema de salud por parte de los pacientes. Por otro lado, una investigación publicada en Wiley Online Library reveló que los pacientes con sobrepeso u obesidad frecuentemente enfrentan: Falta de empatía durante las consultas médicas Vergüenza por exposición física innecesaria Enfoque excesivo en la responsabilidad personal del peso, sin considerar factores genéticos, hormonales o psicosociales Falta de equipo médico adecuado (como sillas, tensiómetros o camillas adaptadas) Este tipo de trato no solo perpetúa el estigma, sino que puede impedir diagnósticos y tratamientos oportunos, afectando directamente la salud integral del paciente. La obesidad como enfermedad, no como falta de voluntad Una de las ideas más peligrosas y extendidas sobre la obesidad es que es una consecuencia exclusiva de “malos hábitos” o “falta de disciplina”, indicaron los expertos de Lily. Este enfoque simplista ignora que la obesidad es una enfermedad crónica con múltiples causas: genéticas, metabólicas, ambientales, psicológicas y sociales. Como lo explica Mayo Clinic, factores como el estrés crónico, el sueño inadecuado, ciertos medicamentos, desequilibrios hormonales y antecedentes familiares también juegan un rol importante en el desarrollo de esta condición. La obesidad no solo se debe tratar desde el enfoque clínico, sino también desde la empatía y la conciencia social. El estigma por peso no solo es injusto, también es peligroso: puede agravar los problemas de salud mental, dificultar el acceso a atención médica y reducir la calidad de vida de quienes lo viven. Combatir la obesidad requiere un enfoque integral que incluya educación, acceso a tratamientos, apoyo psicológico y un cambio profundo en cómo la sociedad entiende y trata esta condición. |
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